- 15 de noviembre de 2025
La movilización juvenil que buscaba ser pacífica terminó convertida en una jornada de violencia en el Zócalo capitalino.

La marcha convocada para la Generación Z este 15 de noviembre en Ciudad de México terminó convirtiéndose en uno de los episodios más violentos en la plancha del Zócalo durante los últimos años. Lo que comenzó como una protesta juvenil por causas sociales derivó en enfrentamientos, agresiones y daños a infraestructura, tras la irrupción de un contingente encapuchado conocido como Bloque Negro.
La presidenta Claudia Sheinbaum reaccionó de inmediato. Desde su postura, la movilización no estuvo integrada principalmente por jóvenes: "Dicen que marcharon jóvenes, pero en realidad había muy pocos jóvenes", afirmó. Además, condenó los destrozos cometidos durante la protesta: un grupo, dijo, "quitó vallas y rompió vidrios".
Sheinbaum reiteró que su administración sostiene una política de estricta no violencia en las manifestaciones: "Si uno no está de acuerdo, hay que manifestarse de manera pacífica, nunca utilizar la violencia para cambiar".
Recordó que días antes había llamado a que la convocatoria se desarrollara sin conflictos y bajo el respeto al derecho a la libre expresión: "México es un país libre... siempre buscamos que sea de manera pacífica, que no haya actos de violencia".

Brugada condena agresiones y respalda a la policía
La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, también se pronunció. A través de su cuenta oficial, sostuvo que la capital seguirá siendo un territorio donde se garantizan libertades, pero advirtió que las agresiones rebasan cualquier límite democrático.
"Expresarse de forma violenta atenta contra los derechos de los demás y es por ello que condenamos enérgicamente cualquier forma de violencia en la ciudad y de manera específica, la ocurrida esta tarde en el Zócalo, llevada a cabo por un grupo radical de manifestantes", escribió.
Brugada respaldó públicamente el actuar de la policía capitalina y subrayó que los uniformados no recurrieron a tácticas represivas, sino que se mantuvieron en labores de contención: "Aprovecho para reconocer a los elementos de la corporación, quienes de forma valiente se dedicaron a proteger, resguardar y garantizar la libre expresión de los asistentes, y a no caer en las provocaciones del grupo violento".
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Un contingente encapuchado detonó el caos: martillos, cadenas y vallas derribadas
La marcha, que según cifras oficiales reunió a cerca de 17 mil manifestantes, avanzó sin incidentes significativos hasta su llegada al Zócalo. Fue ahí donde un grupo de aproximadamente mil personas encapuchadas inició el derribo de vallas colocadas frente a Palacio Nacional.
El Gobierno capitalino detalló que estas personas utilizaron herramientas como martillos, cadenas y alicates para abrir brechas en el cerco metálico, lo que desencadenó choques directos con los elementos de seguridad encargados de resguardar el inmueble.
La respuesta de la Policía de la Ciudad de México, según el reporte oficial, se limitó al uso de extintores para evitar incendios y frenar el avance de los agresores, evitando —según la autoridad— responder a provocaciones.

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100 policías heridos y 40 detenidos: el saldo más alto en una marcha reciente
En conferencia de prensa, el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez Camacho, informó el saldo final tras los disturbios: 100 policías lesionados y 40 personas detenidas.
Detalló que:
- 60 policías fueron atendidos en el sitio por lesiones menores.
- 40 policías requirieron hospitalización.
- 36 agentes presentaron contusiones y cortaduras.
- 4 agentes registraron traumatismos sin riesgo vital.
Además, al menos 20 civiles resultaron heridos, cifra que podría aumentar conforme avancen las denuncias.
Vázquez Camacho aseguró que el nivel de organización del grupo agresor no se había visto en otras protestas: afirmó que se trataba de un contingente con estrategias coordinadas y herramientas específicas para derribar el cerco. También descartó abusos por parte de los elementos policiales y garantizó que actuaron conforme a sus protocolos.
Gobierno capitalino apunta a una convocatoria "con ánimo provocador"
El secretario de Gobierno, César Cravioto, reforzó la postura oficial al señalar que la marcha fue convocada desde sectores de derecha con la intención de generar daños en instalaciones estratégicas del Estado.
"Respetamos la libre manifestación, y en la Ciudad de México se respetan las garantías individuales. Y reprobamos la manera en que se condujeron algunos manifestantes", afirmó.
Según Cravioto, la policía intervino únicamente para proteger la integridad de Palacio Nacional y la Suprema Corte ante la embestida del grupo encapuchado:
"La responsabilidad de ninguna manera es de las fuerzas policiacas de la ciudad, la responsabilidad es de quienes azuzaron a la violencia", aseguró.
Videos muestran agresiones cruzadas
En redes sociales comenzaron a circular múltiples videos que exhiben la intensidad de los choques: encapuchados golpeando policías, policías golpeando civiles, extintores usados como dispersores y nubes de presunto gas lacrimógeno empujando a manifestantes hacia calles aledañas.
La escena más difundida fue el momento en que un grupo de encapuchados rompe por completo un tramo de vallas y emprende golpes contra los uniformados. Otras grabaciones evidencian agresiones policiales contra manifestantes no encapuchados, que quedaron atrapados en medio del caos.
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