"¿Le dieron permiso sus papás?": Critican a Pedro Ferriz Hijar por ir a marcha de la Generación Z

La movilización que nació como un llamado de la Generación Z para exigir acciones contra la violencia y la inseguridad, terminó convertida en un punto de encuentro para sectores inconformes con el gobierno de Claudia Sheinbaum. 

Aunque la convocatoria buscaba mostrar la fuerza política de los jóvenes, lo que se observó en calles de Ciudad de México y distintas entidades fue una protesta heterogénea, donde los adultos —muchos de ellos ligados a la oposición— llevaron la voz cantante.

Entre las figuras más comentadas estuvo Pedro Ferriz Hijar, quien a sus 44 años decidió sumarse al contingente juvenil con un megáfono en mano. Su presencia desató una oleada de burlas y cuestionamientos. En redes sociales, usuarios ironizaron con mensajes como "¿Le dieron permiso sus papás?" y lo acusaron de haber convertido la protesta en un espacio para sus propias banderas políticas.

En un video previo, el conductor había asegurado que se encontraba en Cancún y agradeció las "muestras de cariño" recibidas. Ya en la marcha, lanzó consignas con fuerza: "Queremos un México libre, un México en paz, estamos aquí porque ha muerto la democracia, México no merece estos gobiernos, no merece vivir con miedo, hoy llamamos la atención de nuestros gobernantes para decirles ya basta".

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Sin embargo, para muchos jóvenes, su presencia simbolizó exactamente lo que buscaban evitar: la cooptación de su protesta por actores con agendas políticas propias. Lo acusaron de oportunista, de "subirse" al movimiento para atacar a Morena y de robarles el foco. Algunas publicaciones incluso recordaron que la marcha era concebida como un espacio para quienes crecieron en la era digital, no para quienes intentaban dirigirla desde una lógica partidista.

Una protesta que rebasó la etiqueta "Generación Z"

Miles de personas salieron a las calles en estados como Michoacán, Aguascalientes, Guerrero, Yucatán, Durango y Nuevo León, pero fue en la capital donde se concentró la mayor atención.

Ahí, los gritos de "Fuera Morena", "Estado, corrupto, por tu culpa estoy de luto" y "Narcopresidenta" marcaron el tono general, dejando claro que el eje ya no era únicamente la indignación por el asesinato de Manzo, sino un rechazo frontal al gobierno federal.

Aunque la jornada fue mayoritariamente pacífica, la tensión aumentó al final. Un grupo de encapuchados derribó las vallas del Zócalo en CDMX y hubo choques con policías, intercambio de cohetes, piedras y gas lacrimógeno.
Entre las banderas tricolores y los carteles de justicia para Manzo, también se vieron símbolos de la cultura digital: la calavera sonriente con sombrero de paja de One Piece, hoy convertida en emblema del hartazgo generacional.

No todos compartieron la apropiación del movimiento. Algunas cuentas vinculadas a la Generación Z se deslindaron públicamente, en tanto figuras como el expresidente Vicente Fox y el empresario Ricardo Salinas Pliego alentaban la movilización desde sus plataformas.

El gobierno de Sheinbaum respondió que la convocatoria fue "manipulada y orquestada desde la derecha internacional" y amplificada con bots.

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