- 07 de noviembre de 2025
El 93% de las iniciativas del Congreso siguen sin aprobarse y miles de reformas quedan en el limbo sin impacto real en la vida ciudadana.

Entre septiembre de 2024 y octubre de 2025, la Cámara de Diputados acumuló 2 mil 793 iniciativas de ley, adición o reforma. Sin embargo, solo 82 fueron aprobadas, 41 desechadas y 154 retiradas. El resto, 2 mil 516 propuestas, sigue pendiente en comisiones sin resolución. En términos prácticos, el 93% del trabajo legislativo no se tradujo en leyes ni en beneficios tangibles para la ciudadanía.
La cifra revela una constante en el Congreso mexicano: se presentan cientos de proyectos cada periodo, pero la mayoría nunca llega a discutirse ni votarse. En la práctica, la acumulación de iniciativas convierte el proceso legislativo en un archivo interminable, donde muchas reformas que podrían mejorar servicios, seguridad o economía quedan detenidas por falta de acuerdos.
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Un Congreso saturado y lento
Según datos del Sistema de Información Legislativa, los porcentajes de iniciativas pendientes son similares a los de legislaturas anteriores. Esto significa que, aunque la LXVI Legislatura prometió eficiencia y diálogo, el ritmo de aprobación no ha cambiado.
Por partido, Morena encabeza las propuestas con 918 iniciativas, seguido del PAN (505), el PRI (342) y el PVEM (346). Sin embargo, la cantidad no garantiza resultados. Muchas propuestas son repetidas, simbólicas o simplemente no llegan al pleno.

Las iniciativas desechadas son aquellas que no obtuvieron mayoría, mientras que las retiradas fueron canceladas por sus propios autores antes de dictaminarse, ya sea por pérdida de relevancia política o por necesidad de reformular el texto.
Las reformas que sí avanzaron
Durante el primer año de la LXVI Legislatura, el Ejecutivo Federal presentó 49 iniciativas, de las cuales 42 fueron aprobadas. En contraste con los diputados, el gobierno logró avanzar en sus propuestas gracias al respaldo de su mayoría parlamentaria. Sus reformas se concentraron en cinco ejes:
- Justicia y Poder Judicial, con la nueva Ley Orgánica del Poder Judicial.
- Energía y empresas públicas, con modificaciones al marco regulatorio de Pemex y CFE.
- Transparencia y administración pública, mediante la Ley General de Transparencia.
- Seguridad y defensa, con ajustes a la Ley de la Guardia Nacional.
Aunque estos temas abarcan áreas clave, muchos proyectos de interés ciudadano, como salud, medio ambiente o combate a la corrupción, siguen sin resolverse.
Las leyes que siguen esperando
Al cierre de octubre de 2025, la Cámara de Diputados mantiene siete iniciativas relevantes en distintas etapas del proceso legislativo: seis en comisión y una lista para revisión en el Senado. Entre las pendientes se encuentran:
- La Ley General de Aguas, que busca regular el acceso y uso del agua en todo el país.
- La reforma al Código Nacional de Procedimientos Penales, que podría agilizar procesos judiciales.
- La Ley General de Salud, con ajustes a la atención pública y servicios médicos.
Estas iniciativas tocan temas que afectan directamente a la población, pero su avance depende de los acuerdos políticos entre las bancadas y del calendario legislativo de 2026.

¿Por qué no cambian las cosas?
El Congreso mexicano trabaja con un volumen enorme de propuestas, pero con poca coordinación entre comisiones y tiempos de dictamen extensos. Cada legislador busca dejar una “huella” política, pero muchas iniciativas se duplican o abordan temas similares sin un proceso de depuración previo.
A ello se suma que las prioridades del Ejecutivo Federal suelen absorber el debate público y legislativo, dejando en segundo plano los proyectos ciudadanos o estatales. Así, el Congreso se convierte en un espacio más político que operativo, donde las leyes que realmente pueden transformar la vida cotidiana se estancan entre trámites y disputas partidistas.
Reformas pendientes que tocan tu día a día
La Ley General de Aguas es un ejemplo claro de cómo una reforma puede tardar años en concretarse pese a su impacto directo. Mientras el Congreso discute su contenido, comunidades rurales enfrentan desabasto y conflictos por distribución.
En materia de salud, la falta de una nueva ley impide actualizar esquemas de atención y financiamiento. Y en justicia, la reforma al Código Penal sigue sin votarse, lo que retrasa mejoras en la persecución del delito. Cada iniciativa pendiente significa un problema sin resolver: precios altos, trámites lentos, inseguridad o falta de transparencia.
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Con miles de propuestas archivadas, el Congreso mexicano enfrenta el reto de convertir el debate político en resultados legislativos reales. Los próximos periodos ordinarios definirán si las leyes pendientes se convierten finalmente en acciones concretas o si continuarán como parte del 93% que nunca llega a discutirse.
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