Así fue como Puebla capital conmemoró sus 38 años como Patrimonio Mundial UNESCO
Puebla celebra 38 años como Patrimonio Mundial y refuerza su identidad cultural, creativa y artesanal con una ceremonia encabezada por autoridades municipales.
La ciudad de Puebla volvió a poner su identidad en el centro del escenario al celebrar el 38 aniversario de la inscripción del Centro Histórico en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, un título que desde 1987 funciona como brújula, compromiso y orgullo para la capital.
El gobierno municipal, encabezado por el alcalde Pepe Chedraui, realizó una ceremonia cívica para recordar este hito que marcó la proyección internacional de la ciudad.
El acto fue presidido por Franco Rodríguez, titular de la Secretaría General de Gobierno, acompañado por Aimeé Guerra Pérez, responsable de la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural. Durante su intervención, Guerra Pérez recordó que este 11 de diciembre reúne tres celebraciones clave en la vida cultural de la ciudad.
Destacó que "además, este 11 de diciembre se celebra también el 10mo Aniversario de Puebla Ciudad Creativa del Diseño y la suma de Puebla a la Red de Ciudades Creativas UNESCO, así como el 6to Aniversario del Proceso Artesanal de la Talavera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad."
Este mensaje reveló que la jornada no sólo honró el pasado monumental del municipio, sino también su presente creativo y su arraigo artesanal. La capital poblana no solo conserva arquitectura emblemática; también participa en redes internacionales que reconocen la innovación y el oficio como parte esencial de su ADN cultural.
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Un aniversario que reafirma identidad
Treinta y ocho años después del nombramiento, el Centro Histórico continúa siendo el corazón simbólico, turístico y social de Puebla. Sus edificios coloniales, templos majestuosos y calles que conservan el trazo virreinal mantienen viva la relación entre historia y vida cotidiana.
El reconocimiento de la UNESCO no es un diploma estático; funciona como un recordatorio permanente de las obligaciones de conservación y de la necesidad de que la ciudad evolucione sin perder su esencia.
La inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial ha significado décadas de trabajo coordinado para proteger inmuebles, restaurar espacios públicos, ordenar el crecimiento urbano y fortalecer la apropiación social del patrimonio. En cada aniversario se renueva también el llamado a evitar que el Centro Histórico se convierta en escenario sin habitantes, o en museo congelado, y a impulsar políticas que equilibren actividad económica, conservación y vida comunitaria.
La creatividad y la artesanía acompañan el festejo
La mención de los aniversarios de Puebla como Ciudad Creativa del Diseño y del reconocimiento al proceso artesanal de la Talavera aportó profundidad a la celebración. Estos títulos completan una narrativa donde la ciudad no solo protege su pasado, sino que produce cultura viva. La Talavera, con su técnica centenaria y su carácter profundamente identitario, ha trascendido como uno de los símbolos más universales de Puebla.
Mientras tanto, la participación en la Red de Ciudades Creativas ha impulsado proyectos que integran diseño, urbanismo, innovación y patrimonio, demostrando que la ciudad puede dialogar tanto con el siglo XVI como con el XXI sin perder coherencia.
Una ceremonia con presencia institucional y ciudadana
A la conmemoración asistieron autoridades municipales, representantes de organismos dedicados al patrimonio y habitantes interesados en la vida cultural de la ciudad. Entre ellos estuvieron Mónica Silva, síndica municipal; Félix Pallares, titular de Seguridad Ciudadana; Jorge Ortega, director de la Asociación Nacional de Ciudades Mexicanas Patrimonio Mundial; además de regidores y ciudadanas y ciudadanos.
La ceremonia enfatizó que el patrimonio pertenece a la comunidad. Las autoridades pueden coordinar su protección, pero la apropiación social es la que lo mantiene vivo. Cada restauración, cada actividad cultural, cada celebración y cada decisión urbana forman parte del tejido que sostiene el valor universal excepcional del Centro Histórico.
El 38 aniversario no es solo un recuento histórico, sino un compromiso renovado. La ciudad reconoce que conservar su patrimonio implica inversión, planeación, educación y participación social. Con la suma de los aniversarios creativos y artesanales, Puebla reafirma que es una ciudad donde la historia no se queda quieta, sino que impulsa nuevas formas de identidad.
La celebración de este año recuerda que Puebla es más que un conjunto de edificios emblemáticos: es un espacio donde tradición, cultura y creatividad conviven y siguen dando forma a una ciudad que honra su pasado mientras construye su futuro.
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