No cabe duda de que el árbol de Navidad es uno de los elementos indispensables en los adornos del hogar, la oficina, escuelas o lugares públicos. Ya sea de plástico, sintético o natural, los pinos suelen traer alegría con sus esferas navideñas, campanas, lazos, decoraciones, luces y la estrella en la cima de éste, sin embargo, ¿alguna vez te habías preguntado de dónde surge la tradición de colocar el árbol de Navidad ?
La tradición de colocar un árbol de Navidad se le atribuye a San Bonifacio, un misionero evangelizador de Alemania del siglo VII. De acuerdo con la leyenda, Bonifacio taló un roble dedicado a Thor en la región de Hesse y en su lugar plantó un pino que simbolizó el amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas.
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Cabe destacar que el roble que cortó el misionero era adornado por los paganos para celebrar el nacimiento de Frey, dios del Sol y la fertilidad, el cual ocurría en fechas similares a la Navidad cristiana de la actualidad. Dicho árbol simbolizaba el Universo: en la copa se encontraba Asgard y el Valhalla, mientras que en las raíces se encontraba el Helheim, o reino de los muertos.
Con el paso del tiempo, los cristianos comenzaron a talar abetos durante la Navidad. Sin embargo, la ciudad de Tallin, en Estonia, y Riga en Letonia, se disputan el mérito de haber colocado un árbol en una plaza pública ante todos los habitantes, esto en los años de 1441 y 1510 respectivamente.
De acuerdo con la revista Britannica, el árbol de Navidad, tal y como lo conocemos en la actualidad, tiene su origen en Alemania en el siglo XVI. La revista señala que los pobladores de dicha región rendían homenaje, el 24 de diciembre a Adán y Eva con un pino que representaba “el árbol del paraíso”. El árbol era adornado con obleas, símbolo de la redención para posteriormente ser sustituidas por galletas.
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Asimismo, la tradición otorga a Martín Lutero, líder de la Reforma Protestante, haber sido el primero en poner velas encendidas en un árbol de Navidad. Según cuenta la leyenda, en una noche estrellada, Lutero dirigió su mirada a un abeto y aparentemente vio que las estrellas del cielo parecían salir del árbol, por lo que trató de imitar lo que había visto colocando las velas.
No obstante, la revista citada señala que en la misma habitación en donde se colocaba “el árbol del paraíso”, también se ponía la “Pirámide de Navidad”, una construcción triangular de madera que tenía estantes para guardar figuritas navideñas y estaba decorada con árboles de hoja perenne, velas y una estrella. Para el siglo XVI, la pirámide de Navidad y el "árbol del paraíso" terminaron fusionándose, convirtiéndose en el árbol de Navidad.
Fue hasta el siglo XIX cuando el árbol de Navidad se convirtió en una tradición alemana muy arraigada y fue gracias al príncipe Alberto de Sajonia y su esposa la reina Victoria del Reino Unido, que comenzó a popularizarse en Inglaterra y a nivel mundial.
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