- 13 de septiembre de 2024
Una grieta de casi un kilómetro que recorre toda la zona de Mixcoac dio los primeros indicios a los investigadores de la falla Plateros - Mixcoac
En diciembre de 2023, una serie de microsismos remeció la Ciudad de México. Literalmente, fue un enjambre de temblores que llenó de incertidumbre a los habitantes de alcaldías como Álvaro Obregón y Coyoacán. En total, se registraron 22 eventos a lo largo de ese mes sin una explicación clara. Ahora, un equipo de científicos de la UNAM ha hecho descubrimientos sorprendentes en torno al fenómeno, incluida una falla prácticamente desconocida: la denominaron "falla Plateros-Mixcoac".
Un equipo de investigadores del Instituto de Ingeniería documentó y reparó estaciones de registro sísmico con sensores de velocidad y aceleración en la zona, la región más afectada por los microsismos de diciembre, donde hubo considerables daños materiales a estructuras e inmuebles. Una grieta que atraviesa gran parte de Mixcoac llamó poderosamente la atención de los académicos.
"Una vez reubicados algunos de los sismos y teniendo presente que los daños ocurrieron más cerca de los nuevos epicentros, hicimos un recorrido por la zona cercana a los mismos. Con sorpresa, encontramos una ´grieta´ de poco más de un kilómetro de longitud que cruza casi ininterrumpidamente la zona de Mixcoac", resumen en un artículo científico publicado por la máxima casa de estudios en México.
En el informe se adjunta evidencia fotográfica de la grieta y sus efectos en construcciones aledañas. Con imágenes satelitáles se halló la falla, como probable causa del enjambre de diciembre.
"Las dimensiones y el potencial de la falla Plateros-Mixcoac son un tema de investigación en la UNAM, pues el impacto que puede tener en las construcciones no se ha cuantificado y las estimaciones usadas para definir las acciones de diseño en la zona no consideraron que la falla exista", advierte el estudio.
Los científicos de la UNAM reconocen que se han documentado sismos con epicentro en la Ciudad de México desde los años 50 y que con la precisión cada vez más certera de los instrumentos de medición, la incidencia de registros ha aumentado como un fenómeno correlativo. "Ahora se pueden registrar temblores incluso de 0.3 grados", explican.
Lo cierto es que una de las hipótesis sobre las causas modernas que originan los microsismos está en la sobreexplotación de los mantos acuíferos en el subsuelo.
"Algunos efectos que podrían provocar la activación (de las fallas) mencionada son la acumulación de tensión regional, el hundimiento del valle de México y la recarga del acuífero que alimenta a la zona metropolitana, que en ambos casos podrían originar esfuerzos capaces de inducir los temblores. Además, se ha manejado una hipótesis que propone que los sismos de gran magnitud con epicentro en la costa propician condiciones de desequilibrio, actuando como precursoras de sismos locales", agregan.
Para entender el artículo:
El artículo analiza la actividad sísmica en el poniente de la Ciudad de México, una zona con baja sismicidad histórica.
Se busca comprender las causas de estos eventos y su potencial impacto en la Ciudad de México.
Resultados:
Los sismos se originaron en la falla Plateros-Mixcoac, una falla desconocida hasta ese momento.
Se descarta la actividad volcánica como fuente de los sismos.
Discusión:
La actividad sísmica en el poniente de la Ciudad de México podría estar relacionada con la extracción de agua del subsuelo. La extracción de agua puede generar hundimiento del terreno y reactivar fallas dormidas. Se necesitan más estudios para comprender mejor la relación entre la extracción de agua y la actividad sísmica.
Conclusiones:
Los sismos del poniente de la Ciudad de México son un recordatorio de la complejidad del riesgo sísmico en la zona. Es necesario realizar estudios más detallados para evaluar el peligro sísmico asociado a la falla. Se deben tomar medidas para controlar la extracción de agua del subsuelo y mitigar el riesgo sísmico.
Otros puntos importantes:
El estudio destaca la importancia de la instrumentación sísmica para detectar y caracterizar eventos de baja magnitud. Se recomienda realizar estudios geofísicos para comprender mejor la estructura geológica del subsuelo en el poniente de la Ciudad de México. La participación de la comunidad es fundamental para la gestión del riesgo sísmico.
Limitaciones del estudio:
La cantidad de datos disponibles. Se necesitan más estudios para confirmar las hipótesis planteadas en el artículo.
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