Sin duda, una de las pérdidas que resulta más difícil de gestionar, es la ruptura de una relación. Pero cuando hablamos de ruptura en relación al género: ¿Quiénes son más ágiles para sobrellevar su dolor, las mujeres o los hombres?
Es importante destacar que tanto hombres como mujeres experimentan dolor tras una pérdida amorosa, pero en nuestra sociedad la pérdida es algo reservado para el espacio privado. Es común que las mujeres recurran a sus espacios íntimos como familia y amigos al término de una ruptura, y es aquí dónde pueden sentirse acompañadas en este momento de luto tan vulnerable. Por otro lado, los espacios íntimos de los hombres no suelen prestarse para la comunicación y sí para la realización de distintas actividades como un método que más que confrontar el proceso de ruptura, parece una manera de desatenderlo evitándolo en la medida posible.
Un grupo de investigadores de la universidad neoyorquina de Binghamton realizó encuestas a 5,705 personas de distintos países vía internet y reveló que las mujeres suelen experimentar “más dolor” al término inmediato de la relación, mientras que los hombres experimentan este dolor en el largo plazo. ¿A qué se debe esta disonancia de reacciones entre hombres y mujeres? Aunque la educación, gestión emocional y conciencia de género va tomando cada vez más importancia en el desarrollo de la humanidad, es verdad que aún estamos muy lejos de alcanzar a comprender cómo nuestras ideas sobre el género pueden afectar nuestro desarrollo integral como seres humanos.
"En el caso de los hombres, es difícil atravesar una ruptura desde el reconocimiento de la vulnerabilidad, ya que convencionalmente este sentimiento está reservado para las mujeres y las figuras feminizadas (infantes, abuelos, personas enfermas o con alguna discapacidad). Un hombre vulnerable no es un hombre útil para la sociedad capacitista y capitalista", comenta la doctora en psicología Nikki Goldstein.
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Por otro lado, existe cierto patrón de conducta que lleva a hombres y mujeres a reproducir sus vínculos familiares en sus relaciones de pareja, es común ver hombres siendo maternados por sus parejas mujeres y también mujeres buscando la figura paternal. Esto puede convertirse en un problema cuando el poder de la relación tiende hacia una de las personas en la relación, y comienza un proceso de “prótesis” o bien de dependencia de un vínculo sexo-afectivo.
Esto nos interesa ya que expone por qué en muchos casos los hombres recurren muy pronto a buscar otra relación al término de una anterior, y es que una manera “provisional” de “sanar” una ruptura es remplazando el vínculo a manera de prótesis emocional, pero esta manera de evitar las emociones naturales de un duelo, puede hacer que este se prolongue, afectando la nueva relación y duplicando los “errores” de la relación anterior, ya que no hay procesamiento ni reflexión apropiada sobre la ruptura anterior, ni de los aprendizajes sobre ese vínculo; lo que provoca que se caiga en un patrón conocido que puede ser más cómodo que explorar nuevas y mejores formas de relacionarse en términos de una nueva y más responsable experiencia.
Podríamos concluir, en términos del dolor que tras una ruptura todos los seres de todos los géneros experimentamos crisis de identidad, de valor y seguridad personal y que la reconstrucción de estos valores depende principalmente de nosotros y también del acompañamiento que nos permitimos al enfrentarlas. Confrontar una ruptura no es fácil, pero postergar esas emociones no es la forma más efectiva de seguir adelante. El acompañamiento psicológico es una gran herramienta de autodescubrimiento, algo sumamente importante para nuestro desarrollo integral y para tener mejores estrategias a la hora de emprender nuevos vínculos.
“Entender el desarrollo de una ruptura es saber procesarla… un duelo sano según la psicología puede durar hasta dos años ya que tu cerebro identifica este dolor como dolor físico, es como salir de una adicción a nivel cerebral, tus hormonas se desequilibran. No es cuestión de tiempo, es un tema de salud, de auto cuidado y prevención", menciona el psicólogo Jaime Gama.