- 12 de abril de 2025
La tragedia ocurrida durante el Festival Axe Ceremonia el 5 de abril no solo dejó dos vidas perdidas, sino que desnudó profundas fallas en la organización.

El 5 de abril, el Festival Axe Ceremonia, uno de los eventos más esperados del año en Ciudad de México, se tornó en un escenario de tragedia. En pleno desarrollo de la jornada, dos jóvenes fotógrafos, Berenice Giles Rivera y Miguel Ángel Rojas Hernández, murieron tras el colapso de una estructura metálica dentro del Parque Bicentenario.
Lo que comenzó como una celebración de música y arte terminó con la desgarradora noticia de una tragedia evitable que ha dejado al país en shock. La falta de respuestas claras, la omisión de responsabilidades y las contradictorias versiones de los involucrados continúan aumentando la indignación, mientras la exigencia de justicia se alza con fuerza.

La tragedia en pleno concierto
Cerca de las 17:00 horas del sábado 5 de abril, Berenice Giles y Miguel Ángel Rojas, ambos fotógrafos del medio independiente Mr. Indie, se encontraban trabajando en el festival cuando una grúa tipo tijera con un enorme oso en la parte superior cayó sobre ellos debido a los fuertes vientos. Cabe mencionar que estos osos estaban marcados como puntos de encuentro para que los asistentes pudieran encontrarse con sus amigos.
Tras recibir atención médica en el lugar, ambos fueron trasladados al hospital General Dr. Rubén Leñero, donde, lamentablemente, fallecieron debido a las graves lesiones sufridas, entre ellas traumatismo craneoencefálico y múltiples fracturas.
Otra versión señala que ambos
jóvenes murieron inmediatamente en el lugar, sin embargo, esto no ha sido confirmado. Pese al accidente, los conciertos continuaron sin interrupciones, y el público permaneció
ajeno a la tragedia que ocurría a unos metros de ellos. La respuesta inmediata por parte de los organizadores fue, como mínimo, cuestionable. A pesar de la gravedad del accidente, el festival no suspendió las actividades programadas para ese sábado y, durante horas, el público no fue informado de los hechos. Incluso, algunos periodistas que intentaron documentar el incidente se enfrentaron a obstrucción por parte de las autoridades, que los expulsaron del lugar. Esta falta de transparencia se sumó a la confusión generada por la escasa información oficial que comenzó a circular días después del suceso. La primera versión del accidente provino de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC). Cerca de las 22:00, la dependencia señaló que la tragedia se debió a una "deficiente supervisión de medidas preventivas" por parte de los organizadores y de las autoridades locales. En este comunicado, la SGIRPC aseguró que "los dos heridos" fueron trasladados al hospital Rubén Leñero en donde habrían muerto. Por su parte, el IMSS Bienestar contradijo esta versión, señalando que ambos jóvenes llegaron al hospital sin signos vitales. Por su parte, el gobierno de la alcaldía Miguel Hidalgo, encabezado por Mauricio Tabe, respondió rápidamente, rechazando la acusación del SGIRPC y defendiendo la validez de las inspecciones realizadas el día anterior. Asimismo, ordenó la suspensión del festival, no obstante, este continuó hasta que finalizara la presentación de Natanel Cano y Charli XCX. La tragedia, lejos de ser el centro de atención, ha sido absorbida por una batalla política entre las autoridades capitalinas. La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, ha señalado a la alcaldía Miguel Hidalgo por la falta de supervisión en el evento. Por su parte, Tabe ha acusado a los organizadores del festival de no haber informado correctamente sobre la instalación de las grúas que finalmente colapsaron. Mientras tanto, las preguntas siguen sin respuesta clara: ¿por qué no se suspendería el festival? ¿Por qué no se informó de inmediato a los asistentes? Y lo más importante: ¿quién asume la responsabilidad por la muerte de dos jóvenes en pleno ejercicio de su labor? La Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México ha confirmado que está llevando a cabo una investigación exhaustiva sobre los hechos, que involucra a varias partes, incluidas las empresas organizadoras del festival, las autoridades responsables de la supervisión del evento y la empresa encargada de operar la maquinaria que colapsó. Según la fiscal Bertha Alcalde, la investigación se desarrolla en tres frentes clave: La Fiscalía también aseguró que brindará acompañamiento psicológico y asesoría legal a las familias de las víctimas, comprometiéndose a realizar un trabajo expedito para esclarecer los hechos y garantizar que se haga justicia. En este sentido, la fiscal adelantó que, en los próximos días, se ofrecerán avances sobre la investigación. El accidente ha generado indignación no solo por la tragedia misma, sino por las omisiones y negligencias que se han ido revelando en las semanas posteriores. Diversos medios de comunicación independientes han señalado las actitudes irresponsables tanto de los organizadores del festival como de las autoridades encargadas de garantizar la seguridad del evento. Uno de los principales puntos de crítica es que, a pesar de la gravedad del incidente, el festival continuó sin interrupciones, lo que muchos consideran una clara negligencia por parte de los organizadores. La presión sobre los responsables de Eco Live, la empresa organizadora del festival, ha aumentado con el paso de los días. Se les exige no solo una disculpa pública por lo sucedido, sino también la indemnización inmediata a las familias de las víctimas, incluidos los gastos funerarios. Además, los organizadores enfrentan acusaciones de encubrimiento de los fallecimientos, por no informar de manera transparente sobre el accidente. También se señala a Luis Avilés, coordinador de comunicación y prensa de Hits Futuros, quien fue acusado de falta de empatía al continuar publicando sobre el festival sin hacer referencia a la tragedia. Se le responsabiliza de intentar encubrir lo sucedido para que el evento continuara, además de ser señalado por agresiones y amenazas hacia periodistas que intentaron cubrir el incidente. El Parque Bicentenario, donde ocurrió el accidente, también está bajo la lupa. Se les exige a los responsables de la operación y el mantenimiento del recinto, como Carlos Mcphil y Jorge Mcphil, que colaboren completamente con las autoridades para esclarecer las responsabilidades. También se está evaluando si las condiciones de seguridad del parque eran adecuadas para albergar un evento de tal magnitud, y si se debe revocar la concesión para futuros eventos. Por último, la Alcaldía de Miguel Hidalgo, encabezada por Mauricio Tabe, ha sido acusada de no haber suspendido el evento inmediatamente después del accidente. La falta de protocolos de seguridad adecuados y la insuficiencia de personal también han sido señaladas como factores que contribuyeron a la tragedia. El dolor por la muerte de los dos fotoperiodistas ha trascendido más allá de la tragedia individual y se ha convertido en un llamado colectivo a la justicia. Más de 60 medios de comunicación y periodistas de distintas partes del país convocaron a un paro nacional indefinido para exigir que no quede impune la negligencia que cobró la vida de Berenice y Miguel Ángel. La consigna es clara: "¡Exigimos justicia por nuestros compañeros!". La falta de garantías para los periodistas en coberturas de eventos masivos, sumada a la indiferencia ante las condiciones de seguridad, ha sido una constante en el país, y el paro busca visibilizar estas carencias. Como indican los comunicados: "Que nunca más tengan el privilegio de nuestro silencio". En medio de esta crisis, el festival Ceremonia, a través de un breve comunicado, expresó su "más profundo pesar" y aseguró que están colaborando con las autoridades, sin embargo, hasta el momento no han dado detalles sobre las acciones concretas que tomarán para evitar que algo similar vuelva a ocurrir. La promesa de revisar y fortalecer los protocolos de seguridad se queda corta ante la magnitud del daño. Por su parte, el fundador del festival, Diego Jiménez, ha manifestado su dolor y apoyo a las familias de las víctimas, pero su mensaje no ha sido suficiente para calmar la rabia de los que exigen respuestas claras. Mientras tanto, el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (Indaabin) ha comenzado a revisar la concesión otorgada al Parque Bicentenario, un paso que podría conducir a la revocación del contrato si se encuentran irregularidades. En respuesta a las acusaciones de encubrimiento tras la tragedia ocurrida en el festival Axe Ceremonia, Luis Avilés, quien estaba a cargo de la prensa del evento, salió al paso para aclarar su rol y defender su postura. A través de un comunicado publicado en sus redes sociales, tanto en su perfil personal como en el de su empresa Hits Futuros, Avilés negó haber intentado ocultar la magnitud del accidente en el que murieron los fotógrafos Berenice Giles Rivera y Miguel Ángel Rojas Hernández. Avilés detalló que su función en el festival estaba centrada en la coordinación de medios y la organización de las acreditaciones para los periodistas. Explicó que su labor consistía en facilitar el acceso de los medios de comunicación y brindarles apoyo logístico, pero aclaró que no tuvo injerencia en la comunicación oficial del evento. Dado que no estaba al tanto de los detalles del accidente, indicó que no tenía la información necesaria para informar sobre lo sucedido en ese momento. El encargado de prensa del festival también desmintió que se hubiera intentado ocultar información sobre el trágico suceso. Aseguró que en ningún momento se escondieron detalles y que las únicas noticias que tenían para compartir eran las que les fueron proporcionadas por los organizadores del evento. Respecto a las acusaciones de que se habría interrumpido el servicio de internet en el área de prensa, Avilés explicó que la conectividad fue intermitente durante algunas partes del día, pero aclaró que no estaba en sus manos resolver el problema técnico. La tragedia ocurrida durante el Festival Axe Ceremonia el 5 de abril no solo dejó dos vidas perdidas, sino que desnudó profundas fallas en la organización, la supervisión de las autoridades y el manejo de la información tras el accidente. La omisión de responsabilidades y las negligencias evidentes han generado una fuerte indignación en la sociedad, exigiendo justicia para Berenice y Miguel Ángel, así como una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad en eventos masivos. La presión sobre los organizadores, las autoridades locales y la empresa encargada de la seguridad continúa creciendo, con un llamado claro: que la muerte de estos dos jóvenes no quede impune. 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