América Mexicana: revive el resentimiento por el territorio que EE.UU. arrebató a México

Las recientes declaraciones de Donald Trump, proponiendo cambiar el nombre del Golfo de México a "Golfo de América", han desatado una fuerte reacción en México.

Este comentario, considerado por muchos como un intento de imponer una visión expansionista, reabre tensiones históricas relacionadas con la pérdida de territorio de México ante Estados Unidos. La propuesta no solo ha generado indignación, sino que también ha puesto en evidencia las fricciones latentes en la relación bilateral entre ambos países.

La propuesta de Trump y su significado

Durante una conferencia de prensa en su residencia de Mar-a-Lago, Trump propuso cambiar el nombre del Golfo de México a "Golfo de América". Una idea que, según sus palabras, busca resaltar el papel de Estados Unidos como líder continental.

"Qué nombre tan bello, y tan apropiado", afirmó Trump, quien también desató una cascada de comentarios expansionistas al sugerir recuperar el control del canal de Panamá, incluir a Canadá como un estado más de la Unión Americana y la compra de Groenlandia a Dinamarca.

Estas declaraciones no solo reflejan un discurso polémico, sino también una visión unilateral que ignora la historia y los acuerdos bilaterales que rigen la región. En México, esta propuesta fue percibida como un nuevo intento de imponer una narrativa expansionista y de subestimar la soberanía nacional.

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Sheinbaum y la reivindicación de "América mexicana"

La presidenta Claudia Sheinbaum no tardó en responder con una propuesta simbólica y cargada de historia. Durante su conferencia matutina, Sheinbaum presentó un mapa de 1607 que mostraba territorios del norte de México mezclados con lo que hoy es parte de Estados Unidos y sugirió que esa región fuese llamada "América mexicana".

"¿Por qué no le llamamos ´América mexicana´? Se oye bonito, ¿no? Desde 1607, la Constitución de Apatzingán era de América mexicana. Entonces, vamos a llamarle así", declaró la mandataria con un tono irónico. Además, recordó que el Golfo de México tiene un reconocimiento histórico y está registrado internacionalmente con ese nombre.

En un esfuerzo por contextualizar la situación, Sheinbaum pidió al historiador José Alfonso Suárez del Real que explicara los orígenes del nombre del Golfo de México:

"Entre la Florida y Yucatán se reconoce al Golfo mexicano como un punto náutico fundamental para la navegación del siglo XVII en adelante. El nombre de ´América mexicana´ existe antes de que el primer grupo de peregrinos llegara a poblar Virginia, es decir, a finales de 1607".

Ebrard: prudencia ante las provocaciones

La propuesta de Trump también desató una respuesta contundente del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quien llamó a actuar con prudencia ante estas provocaciones.

"Si nos viésemos dentro de 30 años, el Golfo de México seguirá llamándose el Golfo de México. No nos vamos a enganchar en ese debate, lo que debemos hacer es salvaguardar la relación que existe entre ambos países", declaró Ebrard, quien enfatizó la importancia de proteger la diplomacia bilateral y evitar que este tipo de comentarios influyan en la cooperación estratégica entre ambos países.

El canciller también recordó que esta no es la primera vez que Trump lanza comentarios polémicos que intentan alterar la diplomacia entre ambos países. Sin embargo, subrayó que México no debe desviarse de su camino de cooperación y estrategias de largo plazo para enfrentar las tensiones.

Un trasfondo histórico y político

El trasfondo de estas declaraciones es complejo. Trump también reiteró acusaciones contra el gobierno mexicano, alegando que el país está "esencialmente" controlado por los cárteles de la droga y amenazó con imponer aranceles del 25% a los productos provenientes de México si no se logra un freno radical al tráfico de fentanilo.

Este tipo de discursos, además de buscar reforzar su imagen como un líder fuerte ante su base electoral, han sido característicos de la relación tumultuosa entre Trump y México.

El Golfo de México: un espacio de tensión y cooperación

El Golfo de México, que baña las costas de ocho estados entre ambos países y representa un punto clave para la navegación y la economía, se ha convertido en un nuevo campo de batalla simbólico. Con una superficie de 1.6 millones de kilómetros cuadrados, es también escenario de acuerdos internacionales sobre navegación, explotación de recursos y protección ambiental.

Pero, como reiteró Ebrard, lo esencial es no perder de vista el horizonte a largo plazo y proteger una relación bilateral que, a pesar de sus altibajos, es vital para ambos países. En este contexto, la diplomacia se convierte en la herramienta clave para sortear las provocaciones y construir puentes que beneficien a ambas partes.

Aunque el alcance real de las amenazas de Trump sigue siendo incierto, los analistas coinciden en que su regreso a la Casa Blanca podría marcar el inicio de una nueva etapa de tensiones.

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