Vivir un asalto es una experiencia traumática que nadie desea. La sensación de vulnerabilidad, de violencia y a la vez de pérdida de objetos materiales es una injusticia terrible que tiene que vivir personas de México a diario. La constancia de este mal y la ineficacia de las autoridades es lo que hace tan sonados los casos de ciudadanos que deciden hacer justicia por mano propia.
Ese fue el caso de un desafortunado asalto el pasado 8 de agosto en una combi del municipio de Chalco, Estado de México, la cuál se encontraba pasando a la altura de las Torres de Iztapalapa de regreso a su paradero en Chalco cuando se sucedió el episodio de violencia.
De pronto, tres pasajeros encapuchados se subieron a la combi con intenciones de asaltar. Súbitamente los pasajero de la combi ya estaban siendo amenazados con armas de fuego mientras les reclamaban todas sus pertenencias de valor. Se trataba de dos hombres y una mujer, según testigos. Y todo parecía indicar que los ladrones lograrían sus perniciosos cometido, cuando un ciudadano se alzó de entre los pasajeros y procedió a enfrentar a los maleantes.
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El ciudadano resulto ser poseedor de un arma y con ella procedió a disparar a los asaltantes hombres, quienes después de caer al suelo y agonizar durante unos minutos murieron. Tenían 34 y 27 años. La mujer quedó viva. A continuación las autoridades llegaron al lugar del hecho y el ciudadano armado que asesinó a los asaltantes decidió entregarse a sí mismo.
El ciudadano resultó se un exmilitar, más en concreto, un excapitán del Ejército Mexicano, quien permaneció en silencio hasta que llegó la Secretaría de Seguridad Ciudadana para arrestarlo e iniciar la investigación correspondiente, con la apertura de una carpeta por el crimen de homicidio doble.