8M | "Dejemos el silencio": ¿qué esperan las mexicanas de la primera presidenta?

Eréndira viajó del estado de Puebla, soportó el abrazador sol en la plancha del Zócalo y aguardó pacientemente. La misión: apoyar a una de las dos candidatas con más posibilidades de convertirse en la primera presidenta en la historia de México. "Esperamos que haga el cambio y siempre tenga una agenda diversa", dijo a Quinto Poder la joven que orgullosa ondeó la bandera de la comunidad LGBTTIQ+ en el arranque de campaña de Claudia Sheinbaum.

Y es que en la historia de México, este 2024 promete ser un año crucial. Por primera vez, el país se encuentra frente a la posibilidad de tener a una mujer como titular del Ejecutivo. Este momento representa un avance significativo en una nación que ha luchado por la igualdad de género durante décadas. Claudia Sheinbaum Pardo y Xóchitl Gálvez Ruiz, las dos candidatas presidenciales encabezan las preferencias en las encuestas, marcando un momento clave.

Por eso, mujeres de todas las edades, afinidades políticas y trasfondo social, se encuentran involucradas en la contienda política que comenzó este 1 de marzo. Las prometedoras campañas de Sheinbaum y Gálvez generan una mezcla de ilusión, redención y compromiso con la información como deber ciudadano: "La vamos a estar vigilando", advirtió Evelyn, que viajó desde Tijuana, Baja California, para mostrar su respaldo a la ex Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Desde que se permitió el derecho al voto de las mujeres en la década de los 50, la posibilidad de tener una presidenta ha sido un anhelo. Sin embargo, este sueño se ha materializado lentamente a lo largo de los años. Durante décadas, los hombres han dominado el panorama político, relegando a las mujeres a roles secundarios. Aunque algunas mujeres se postularon para la presidencia en elecciones anteriores, ninguna había estado tan cerca de ocupar el cargo como lo hacen Sheinbaum y Gálvez,

El ascenso de estas dos mujeres a la cima de la política mexicana no es simplemente el resultado de un cambio de actitud en la sociedad, sino también de décadas de lucha y sacrificio por parte de las mujeres que las precedieron. Desde el siglo XIX, con figuras como Rosario Ibarra de Piedra, quien desafió las normas establecidas al postularse para la presidencia, hasta figuras más recientes como Josefina Vázquez Mota y Margarita Zavala, estas mujeres han labrado el camino para las generaciones futuras.

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El hecho de que México esté a punto de elegir a su primera presidenta es un momento histórico que no se puede subestimar. En una cultura profundamente arraigada en el machismo, este evento representa un cambio en la percepción de género y el poder político. Es un testimonio del progreso gradual pero constante hacia la igualdad de género en todas las esferas de la sociedad mexicana.

Sin embargo, con esta oportunidad histórica también surgen interrogantes y desafíos significativos. ¿Qué podemos esperar de la primera presidenta de México? ¿Cómo abordará los problemas urgentes que enfrenta el país, incluida la violencia de género y la desigualdad social? ¿Podrá cambiar la dinámica política y social de México de manera significativa?

¿Qué esperan las mujeres de la primera presidenta?

Sin duda, la esperanza se basa en que con este nuevo capítulo en la política se demostrará que las mujeres tienen las capacidades y las habilidades para poder gobernar un país.

Se espera que la inseguridad se trate con premura, no solo para algunos estados sino para los 32 que abarcan el país. Una de las respuestas que más resalta es que será la primera mujer en encabezar las Fuerzas Armadas de México, la primera en liderar al Ejército, por lo tanto se marca la brecha de visibilizar que las mujeres siempre han estado ahí y que será vigilada para que no defraude a quienes en su momento la están apoyando, ya que se está esperando mucho de ella al ser la próxima representante de las voces que se han minimizado a lo largo del tiempo.

A su vez, la comunidad LGBTTIQ+ no se queda atrás con el apoyo y las ganas de que este sexenio sea feminista, que incluya a todas las identidades, todas las poblaciones y a todas las personas para conseguir la justicia por la que se ha luchado por años. Aprovechar el momento para romper los tabúes y el silencio sí o sí es lo que se ansía dentro de la comunidad, que se dirija con inteligencia, carácter y firmeza en este nuevo mandato.

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Una de las principales áreas de interés es el impacto que la elección de una presidenta podría tener en la lucha contra la violencia de género. Con México registrando cientos de feminicidios cada año, existe una urgente necesidad de políticas que aborden este problema de manera efectiva. La elección de una presidenta podría proporcionar una perspectiva única y sensible hacia estas cuestiones, lo que podría traducirse en medidas políticas más efectivas para abordar la violencia contra las mujeres.

Al ser una mujer, la primera en ocupar este cargo, la presidenta enfrentará un escrutinio intenso y una presión inmensa para demostrar su capacidad de liderazgo. Su éxito o fracaso podría tener repercusiones duraderas en la percepción de las mujeres en la política y su capacidad para ocupar puestos de poder en el futuro.

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Por lo tanto, la elección de una presidenta en México en 2024 marcará un acto decisivo en la historia de los mexicanos. Representa el triunfo de décadas de lucha y sacrificio por parte de las mujeres mexicanas, así como un paso importante hacia la igualdad de género y la inclusión en la política. Sin embargo, también plantea desafíos significativos que deberán abordarse con determinación y visión de futuro.

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