- 16 de noviembre de 2025
Tras los enfrentamientos en el Zócalo, la presidenta reiteró su rechazo a la violencia y aseguró que su gobierno mantiene un vínculo firme con la ciudadanía

La protesta convocada por la llamada Generación Z terminó en un pulso político que alcanzó a la Presidencia y al Gobierno de la Ciudad de México. Un día después de los enfrentamientos en el Zócalo, tanto Claudia Sheinbaum como Clara Brugada endurecieron el discurso: rechazaron la violencia, reivindicaron la protesta pacífica y señalaron a actores que —afirman— buscan desestabilizar o capitalizar la movilización.
Sheinbaum: unidad, soberanía y un mensaje para quienes buscan apoyo fuera del país
Desde Villahermosa, Tabasco, Sheinbaum defendió que su administración se sostiene en una relación directa con la ciudadanía. En un evento con habitantes de la región, enfatizó su idea de un gobierno sostenido por el respaldo social:
"Somos uno solo, pueblo y gobierno. Jamás nos vamos a separar del pueblo de México".
De acuerdo con la mandataria, esta cercanía explica el nivel de apoyo a su gestión. Y bajo esa narrativa, remató con una frase que marcó la línea política de su discurso: cuando el liderazgo está anclado a la gente, "no hay fuerza que pueda detenernos".
Sheinbaum aprovechó el momento para enviar un mensaje a quienes, según dijo, recurren a apoyos extranjeros para influir en la política interna. Recordó que México es un país "libre, independiente y soberano" y que cualquier intento de intervención externa está fuera de lugar.

Condena desde Tabasco: "Quitaron vallas y rompieron vidrios"
Horas antes, en Jonuta, la presidenta ya había marcado distancia con los hechos del Zócalo. Según su descripción, la marcha reunió menos jóvenes de los convocados, pero un pequeño grupo golpeó el cierre de la protesta. "Quitaron vallas y rompieron vidrios. Decimos: no a la violencia", afirmó ante los asistentes.
Sheinbaum insistió en que el derecho a manifestarse es legítimo y está garantizado, pero no puede justificar agresiones ni daños al patrimonio. Enfatizó que el camino hacia la paz se construye con participación ciudadana, no con provocaciones.
Brugada toma el control del mensaje en CDMX: 14 policías siguen hospitalizados
Ya en la capital, la Jefa de Gobierno Clara Brugada continúo la línea: reconocer libertades, pero rechazar los actos violentos. Durante la reapertura de la Línea 1 del Metro, la funcionaria subrayó que la ciudad mantiene su carácter garantista:
"La Ciudad de México es una ciudad de derechos y libertades. Todas las expresiones y manifestaciones son bienvenidas... rechazamos enérgicamente los actos de violencia ocurridos ayer".
Confirmó que 14 policías continúan hospitalizados, expresó solidaridad con las personas lesionadas y agradeció la labor de los cuerpos de seguridad. Y, tal como Sheinbaum, reforzó la idea de que la capital no permitirá que la violencia defina el espacio público:
"Nuestra ciudad, que es pacifista, nunca aceptará la violencia en las calles y los intentos de sembrar caos siempre van a fracasar".
Brugada llamó a no caer en provocaciones: "No vamos a caer en ninguna provocación... La ruta siempre es la paz, el camino tendrá que ser la democracia".

Acusaciones directas: "los mismos grupos conservadores de siempre"
En su posicionamiento, Brugada puso nombre político a quienes, según ella, habrían detonado la movilización. Señaló a "los mismos grupos conservadores de siempre que no están de acuerdo con la transformación de México", a los que describió como "viejos grupos enfundados en la causa de las juventudes".
Aun así, sostuvo que toda manifestación opositora es bienvenida en la capital.
Recordó además que el movimiento al que pertenece ha resistido gobiernos "autoritarios y represivos" sin recurrir a la violencia. Prometió que su administración tampoco responderá con represión, aunque dejó claro que la ley se aplicará "con serenidad y con firmeza" cuando corresponda.
Su mensaje coincidió con lo que publicó un día antes en X, donde advirtió que "expresarse de forma violenta atenta contra los derechos de los demás" y aclaró que la policía capitalina "realizó únicamente acciones de contención".
120 lesionados, 40 hospitalizados y 20 detenidos
El saldo de la jornada del 15 de noviembre es contundente: 120 personas lesionadas, entre ellas 20 civiles y 100 policías. De estos últimos, 40 fueron trasladados a hospitales y el resto recibió atención en el sitio, sin reportes de gravedad.
De acuerdo con el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Vázquez, 20 manifestantes fueron detenidos y quedaron a disposición de la Fiscalía capitalina por delitos diversos. Además, 20 más fueron remitidos a un juez cívico por faltas administrativas.
La movilización, originalmente convocada para protestar contra la inseguridad y expresar críticas al gobierno federal, terminó con el derribo de vallas frente a Palacio Nacional y un enfrentamiento directo con policías en el Zócalo.
Síguenos en WHATSAPP y suscríbete a nuestro NEWSLETTER para continuar siempre informado.
Notas Relacionadas
2
3




