A un youtuber le pareció buena idea hacer una broma sobre el COVID-19 y en el transporte público, por lo que se puso un cubrebocas, abordó el metro y empezó con un show que, si bien lo hizo viral, le costaría demasiado caro.
El vlogger subió al transporte público y simuló un desmayo, por lo que un par de pasajeros trataron de levantarlo, pero justo en ese momento, empezó a retorcerse sobre el piso como si se estuviera convulsionando, hecho que hizo entrar en pánico a varias personas.
Esta broma (de mal gusto) fue hecha por Karomatullo Dzhaborov y ocurrió en el metro de Moscú (Rusia), en febrero de 2020, cuando el virus apenas empezaba a expandirse por el mundo y causaba una mayor incertidumbre entre la población.
Tras esto, Dzhaborov fue denunciado por algunas de las personas que atestiguaron su acto y fue detenido por la policía de Moscú; entre los arrestados también figuraron un par de personas que fueron cómplices de la actuación del vlogger.
El pasado lunes 2 de agosto, un tribunal ruso encontró culpable a Karomatullo Dhzhaborov bajo el cargo de vandalismo, por lo que fue sentenciado a dos años y cuatro meses de prisión; aunque pasaría menos tiempo tras las rejas, debido a que se le descontarían los meses que estuvo bajo prisión preventiva.
Isachenko y Melekhov, cómplices del youtuber, también fueron sentenciados, aunque a dos años de libertad condicional. Las penas aplicadas a los infractores fueron menores a las que solicitó el juez del caso, quien pidió cuatro años.
El abogado defensor del vlogger, Roman Shakmanov, alegó que su cliente no tuvo malas intenciones a la hora de filmar el video, sino que quiso "concientizar" sobre el avance del COVID-19 en Rusia, nación que ha registrado 158 mil 563 decesos.