- 11 de septiembre de 2024
La lava del volcán Cumbre Vieja, que entró en erupción desde el pasado 19 de septiembre, ha llegado al Océano Atlántico, donde ya generó una plataforma de hasta medio kilómetro de largo; se prevé que deje de tener actividad hasta el mes de noviembre. La población local se enfrenta a una nueva amenaza: los gases tóxicos.

El volcán Cumbre Vieja, localizado en la isla de La Palma, España, se encuentra en erupción desde el pasado 19 de septiembre y, de acuerdo con reportes locales, el material incandescente ha hecho que el territorio crezca hasta en medio kilómetro.
La lava del volcán llegó al Océano Atlántico, donde ya creó una plataforma de hasta medio kilómetro de largo, incrementando el tamaño de la isla de La Palma que forma parte del archipiélago de las Canarias, ubicado al suroeste de España y frente a la costa de Marruecos.
El Instituto Español de Oceanografía compartió una grabación de cómo el flujo de material incandescente desemboca en el mar, formando un delta en la costa, el cual ya es investigado por expertos a bordo del buque Ramón Margalef.

De acuerdo con sitios como Meteored, las Canarias son islas de formación volcánica que han crecido a partir de las erupciones, por lo que la actividad del Cumbre Vieja le daría un "estirón" a la isla de La Palma, versión que es confirmada por Antonio Jesús González, geólogo de la Universidad de Córdoba (UCO), quien dijo que las islas "aún se están formando".
Científicos del Instituto Vulcanológico de Canarias estiman que la erupción del Cumbre Vieja continúe hasta noviembre o diciembre; hasta ahora, 6 mil personas han tenido que ser desalojadas y la lava ha destruido 185 inmuebles.

Peligro de gases tóxicos
La llegada de la lava al mar es uno de los efectos más temidos en la erupción del volcán Cumbre Vieja, debido a la formación de gases tóxicos. A causa del choque térmico entre ambas sustancias (la lava a más de mil grados y el agua a temperatura ambiente) se forman grandes columnas de vapor de agua.
Estas columnas de vapor de agua contienen gases tóxicos generados pueden causar irritación de ojos y piel en las personas, así como problemas respiratorios. La dirección del viento podría llevar estos gases a las zonas que aún no han sido desalojadas en La Palma.
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