- 05 de diciembre de 2024
El 7 de diciembre de 1941, 354 aviones pertenecientes al imperio japonés bombardearon sin declaración de guerra la base naval de los Estados Unidos.
7 de diciembre de 1941. Mientras Estados Unidos se preparaba para una Navidad que parecía ser una más, como cada año, Europa estaba cubierta de sangre por todos los acontecimientos derivados de la Segunda Guerra Mundial, que en ese punto se encontraba en su apogeo.
Sin embargo, en la mañana de ese día, en la base norteamericana de la flota de la US Navy del Pacífico, situada en Pearl Harbor, Hawái, cerca de Honolulu, casi todos dormían. Era un domingo tranquilo; algunas personas desayunaban, otros soldados estaban en la ceremonia de izamiento de la bandera y algunos se vestían para ir a misa. Una simple rutina.
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No muy lejos de la bahía, los soldados de guardia Joseph Lockard y George Elliot estaban a punto de cerrar la nueva estación móvil de radar, instalada en la cumbre de la colina Kahaku Point, a 75 metros de altura, y que aún estaba en pruebas. No obstante, comenzaron a observar manchas en la pantalla. Al principio creían que era una falla del radar, pero luego advirtieron que 50 aviones se dirigían hacia la bahía y ya estaban a menos de 50 kilómetros.
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Alarmados, llamaron al teniente de guardia Kermit Tyler: alguien nuevo, con poca experiencia como controlador y solo, pues sus otros compañeros estaban desayunando. De acuerdo con historiadores, Tyler se limitó a decir: "No se preocupen. Deben ser doce bombarderos B-17 nuestros que están por llegar. Apaguen el radar".
A las 7:49 de la mañana, el comandante japonés Mitsuo Fuchida, jefe del escuadrón y de las dos oleadas del inminente ataque, transmitió las palabras clave a su alto mando: "Tora, Tora, Tora" (tigre). Significaba: "El ataque ha comenzado".
A las 7:58 caen sobre Pearl Harbor las primeras bombas, torpedos y ráfagas de metralla. Desde uno de los barcos, el Arizona, casi en llamas, partió un dramático mensaje general: "¡Ataque aéreo! ¡No es una práctica!"
Una gigantesca nube de aviones japoneses cubrió el sol y soltó toda su carga letal sobre la flota anclada. Dos horas después, regresaron a los seis portaaviones. Desde el aire, la escena era dantesca. Los incendios y las explosiones en cadena parecían eternos. Las calles estaban sembradas de cadáveres.
Las pérdidas norteamericanas:
Acorazados:
- Arizona: hundido. Sus restos son un homenaje a los caídos.
- Oklahoma: hundido. Reflotado en 1943 y vendido para desguace en 1946. Se hundió por dos bombas y cinco torpedos. Reflotado, volvió al combate en 1944.
- California: hundido por dos torpedos y una bomba. Reflotado, volvió al combate en 1944.
- Nevada: intentó salir del puerto, pero fue alcanzado por un torpedo y tres bombas. Reparado en 1943.
- Pennsylvania: buque insignia de la flota del Pacífico. Estaba en dique seco. Daños menores.
- Maryland: dos bombas. Pocos daños. Volvió a navegar dos meses después.
- Tennessee: averías menores.
Cruceros:
- Helena: impacto de torpedo. Reparado, volvió al mar seis meses después.
- Honolulu: averías en casco y cubierta. Reparado en seis meses.
- Raleigh: averiado por torpedo y onda expansiva de bomba. Volvió al combate en 1942.
Destructores:
- Cassin: serios daños por bombas e incendios. Reconstruido, volvió a operar en 1944.
- Downes: daños similares a los de Cassin. Reconstruido. Volvió al mar en 1943.
- Shaw: averiado por tres bombas. Reparado. Retornó a los seis meses.
- También soportaron bombas y torpedos el minador Oglala, el buque de operaciones Vestal y el buque blanco Utah.
Aviones destruidos: 188. Casi todos estaban en tierra. Pero lo más humillante para Estados Unidos en ese entonces fue la cantidad de muertes que dejó el ataque inesperado de los japoneses: un total de 2,403 bajas y 1,178 personas heridas.
La respuesta de Estados Unidos
Al día siguiente, el presidente Franklin Delano Roosevelt, con sus piernas sostenidas por flejes de acero a raíz de la poliomielitis, lanzó 31 palabras que se convirtieron en historia:
"Ayer, siete de diciembre de 1941, una fecha que vivirá en la infamia, Estados Unidos de América fue atacado repentina y deliberadamente por fuerzas navales y aéreas del Imperio de Japón". Con esto, declaró la guerra al Eje.
Por su parte, Isoroku Yamamoto (1884-1943), a pesar de ser el comandante de las Fuerzas Combinadas Japonesas y el hombre que ideó el ataque a Pearl Harbor, no tardó en comprender el error en otras palabras tan premonitorias como históricas: "Hemos despertado a un gigante dormido".
El 18 de abril de 1943, mientras volaba sobre la isla Buin, en Papúa Nueva Guinea, en gira de inspección de las tropas japonesas en el Pacífico, su avión fue derribado. Cayó en la selva y el súper almirante, herido, murió poco después. Se dice que lo abatió un avión norteamericano en la llamada "Operación Venganza" por haber ordenado la masacre de Pearl Harbor.
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Años más tarde, con la entrada de Estados Unidos en la guerra, Hitler se quitó la vida el 30 de abril de 1945. Alemania, cabeza del Eje, se rindió el 7 de mayo, una semana después. Por su parte, Japón siguió combatiendo en las islas del Pacífico, decisión suicida de los mandos ultranacionalistas que aún creían posible la victoria a pesar del desastre sufrido en la batalla de Midway.
El fin llegó, irónicamente, desde el aire. El 6 y el 9 de agosto de 1945, dos bombas atómicas arrasaron Hiroshima y Nagasaki: más de 100 mil muertos y graves secuelas. El emperador Hirohito anunció la rendición de Japón, por radio, pocos días después, el 15 de agosto.