- 15 de septiembre de 2024
Los frijoles forman parte de la dieta diaria de millones de mexicanos y son elemento fundamental de muchas cocinas en el mundo. Estas y otras leguminosas pueden provocar gases y en la actualidad no existe una de prevenir este malestar debido a los oligosacáridos que contienen.

Los frijoles son parte primordial de la dieta del mexicano. Son un elemento de la triada nutrimental mexicana conformada también por el maíz y el chile. Su ingesta representa el 36 del consumo de proteína de los mexicanos con un consumo de 9.9 kilos de frijol per cápita anualmente.
En México se consumen diferentes tipos de frijol dependiendo la zona geográfica. En el sureste de nuestro país se consumen frijoles negros, en el centro y occidente se prefieren variedades claras, mientras que en el norte es más popular las variantes de frijol azufradas.

Esta omnipresencia en el territorio mexicano deja lugar a un tema obligado en nuestra cultura: los frijoles y el gas que producen.
En mayor o menor medida, el consumo de frijoles genera este malestar en el mexicano promedio. Los frijoles tienen en su composición nutrimental fibra, probióticos, antioxidantes, proteínas y azúcares. Es justamente un grupo de estos carbohidratos el que tiene la culpa de generar gas en nuestro intestino: los oligosacáridos.

Cuando comemos frijoles los oligosacáridos no pueden absorberse de manera directa, tienen que llegar hasta el intestino grueso. Es en ahí en el colon en donde las bacterias (flora intestinal) los descomponen y se pueden reutilizar como nutrientes absorbibles por el cuerpo.
Este proceso en el colon genera gas. Una poca cantidad entra a la sangre pero el resto tiene que salir de nuestro cuerpo. Es así que se genera ese gas incómodo.
Existen remedios caseros que pudieran aminorar su efecto, pero en realidad no existe cura como tal.