Laurel como auxiliar en los problemas digestivos
En la antigüedad era utilizado para coronar a los emperadores, a los guerreros vencedores y a los deportistas destacados; fue y sigue siendo un símbolo de la victoria sobre las adversidades, del valor y la grandeza.
Originario del sur de Europa y norte de África, este árbol es pariente de la canela y hasta del aguacate; la mitología griega lo consagró a Apolo, dios de la sabiduría y el heroísmo y le confirió la propiedad de proteger a las personas contra las tormentas y los rayos.
Más allá del simbolismo que se le ha dado a través de los tiempos, el laurel es una planta que se ha empleado en la cocina por sus propiedades medicinales benéficas para el aparato digestivo y respiratorio.
Entre sus principios activos, el laurel aporta cineol y eugenol, que ayudan a estimular el apetito, reducir la acides y reducir los gases. Estos mismos componentes ayudan a descomponer las proteínas y procesas mejor los alimentos ricos en grasas.
Algunos otros compuestos activos del laurel tienen propiedades antioxidantes que ayudan a reducir el daño provocado por los radicales libres que causan enfermedades degenerativas como el cáncer; actualmente se llevan a cabo estudios que indican que el extracto de hojas de laurel puede ayudar a matar las células cancerosas.
La infusión de hojas de laurel puede ayudar a mejorar la cicatrización de heridas de la piel si se administra de manera tópica según algunos estudios de asociaciones para el uso alternativo de plantas medicinales.
Estas mismas asociaciones han realizado estudios en ratas que indican que el laurel puede ayudar a disminuir las convulsiones; este estudio resulta prometedor para las personas que padecen epilepsia, sin embargo, todavía no se han conducido estudios en humanos.
En 2014, se encontró que el consumo de extracto de hojas de laurel puede ayudar a reducir la enzima que genera cálculos renales.
Sus efectos antisépticos expectorantes y antiinflamatorios lo convierten en un aliado para aliviar enfermedades respiratorias como la bronquitis y la gripe.
Es importante mencionar que NO se deben ingerir las hojas de laurel; el organismo no es capaz de digerirlas y al pasar completas por el intestino, pueden provocar heridas y perforarlo; su efecto emenagogo puede provocar hemorragias y problemas durante el embarazo y la lactancia.
