- 13 de septiembre de 2024
Mucho se ha hablado del maíz como base de la dieta de muchos países latinoamericanos; en México lo podemos encontrar como base de la cocina tradicional como el pozole, bebidas como el tejuino y, por supuesto, la omnipresente tortilla en todas sus variedades grosores y formas.

El maíz o elote, formó parte de la dieta de las culturas mesoamericanas desde hace más de 10 mil años, no sólo por sus propiedades alimenticias sino también por sus atributos medicinales.

En específico hablaremos de una parte del maíz que solemos desechar de inmediato junto con las hojas que lo cubren; nos referimos a los pelos o cabellos de elote.

Estas hebras se encuentran unidas a la espiga del maíz y crecen durante el desarrollo de los granos hasta la madures de la mazorca; son usados en infusiones en varias partes del mundo para tratar algunas enfermedades y problemas de salud.

El pelo de elote tiene efectos diuréticos, ayuda a aumentar la frecuencia urinaria y evita la retención de líquidos por lo que puede ayudar a disminuir problemas de hipertensión arterial provocada por problemas renales.
Este mismo efecto, así como las propiedades antisépticas que posee, ayudan a reducir la inflamación e irritación en las vías urinarias provocada por infecciones.

La infusión de pelo de elote ayuda a limpiar las vías respiratorias y disminuye los síntomas de la gripe, su acción expectorante, desinflamatoria y calmante puede contribuir a mejorar las molestias de la gripe.

Posee propiedades alcalinizantes que pueden ayudar a mejorar las molestias digestivas provocadas por el reflujo y posee propiedades depurativas que mejoran los síntomas del exceso de ácido úrico, mejor conocida como gota.

Aunque es una planta medicinal relativamente segura, su uso se desaconseja en hombres con problemas de inflamación en la próstata.
Debido a que el aumento en la frecuencia urinaria, puede causar molestias en mujeres embarazadas y provocar contracciones uterinas.