Asesinato en Lindavista: ¿Qué hay detrás del atentado contra el abogado penalista José Luis y su esposa?

El asesinato del abogado penalista José Luis "N" y de su esposa Elena "N", ocurrido en la colonia Lindavista, alcaldía Gustavo A. Madero, no sólo expuso un doble homicidio particularmente violento, sino que abrió una serie de interrogantes sobre la posible relación del crimen con redes dedicadas al despojo de inmuebles que operan en el Valle de México.

El hallazgo se dio luego de un reporte de emergencia que movilizó a elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) a un domicilio ubicado entre las calles Pernambuco y Montiel. Al ingresar a la vivienda, los agentes localizaron los cuerpos sin vida del abogado penalista y su esposa, ambos con heridas de arma de fuego.

Las condiciones de la escena llamaron la atención de las autoridades: los cuerpos presentaban un avanzado estado de descomposición, lo que apunta a que el crimen ocurrió al menos un día antes de ser descubierto. La casa se encuentra dentro de una privada con vigilancia y en una zona densamente poblada, sin que se registraran reportes vecinales por detonaciones o disturbios.

De acuerdo con información preliminar, Elena "N" fue localizada detrás de la puerta principal, lo que dificultó el acceso de los primeros respondientes, mientras que José Luis "N" fue hallado en la parte trasera del inmueble, lo que refuerza la hipótesis de que intentó huir o resguardarse durante la agresión.

Silencio absoluto y la hipótesis de un arma con silenciador

Uno de los elementos que más peso ha tenido en las primeras líneas de investigación es la ausencia total de reportes por disparos. Investigadores no descartan que los agresores hayan utilizado un arma con silenciador, una práctica común en ejecuciones planeadas, lo que abonaría a la teoría de un ataque directo y premeditado, más que a un intento de robo.

Familiares del abogado señalaron que José Luis "N" llevaba décadas dedicado al derecho penal, con una especialización en litigios por despojo y recuperación de terrenos. En fechas recientes, había obtenido una resolución favorable en un juicio de alto impacto en Ecatepec, Estado de México, cuya ejecución judicial estaba prevista para los días posteriores a su asesinato.

Ese proceso, aseguran, lo colocó en una situación de riesgo. El caso tocaba intereses de grupos dedicados a la invasión irregular de predios, una actividad que en municipios como Ecatepec se ha convertido en uno de los negocios criminales más lucrativos.

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Entre los nombres que la familia menciona se encuentran organizaciones ampliamente conocidas por las autoridades mexiquenses: Los 300, La Chokiza y Los Enríquez. Según los allegados, el abogado ya había recibido amenazas vinculadas con ese litigio.

El hijo que descubrió la escena y el choque con la policía

El hallazgo de los cuerpos fue realizado por Erick, uno de los hijos de la pareja. Al ingresar al domicilio y encontrarse con la escena, dio aviso inmediato a los servicios de emergencia. La situación derivó en un momento de alta tensión con los primeros policías que arribaron al lugar.

Versiones difundidas en redes sociales, entre ellas por el periodista José Díaz, indican que Erick fue increpado por elementos de la SSC y llegó a ser señalado como sospechoso del doble homicidio. Al intentar documentar la actuación policial, los agentes presuntamente le retiraron su teléfono celular, el cual más tarde fue reportado como "perdido".

La indignación de la familia no se limitó al crimen. En las horas posteriores al hallazgo, denunciaron presuntas anomalías en la actuación de policías adscritos al sector Tecomán.

Uno de los hijos del abogado declaró: "Han pasado situaciones muy raras con la policía desde que llegaron. Incluso hubo un robo de un celular con el que se estaba documentando su forma de actuar".

Además, cuestionaron la presencia de presuntos mandos que no pudieron ser plenamente identificados y el manejo de la información oficial. En otro pronunciamiento, la familia exigió frenar la criminalización de las víctimas y señaló:
"Pedimos verdad y justicia. La policía ha tergiversado datos y triangulado información".

Señalamientos directos y llamado público a las autoridades

Tras el asesinato, los familiares difundieron un comunicado en el que mencionan directamente a La Chokiza y Los 300 como organizaciones presuntamente involucradas en el contexto de despojo de terrenos ligado al litigio que llevaba José Luis "N".

En el documento subrayaron: "Lo anterior se hace del conocimiento público con el objetivo de que las autoridades competentes agoten todas las líneas de investigación posibles, sin prejuzgar ni desviar indebidamente el rumbo de las indagatorias".

También hicieron un llamado a vecinos y medios de comunicación para aportar información únicamente por vías oficiales, con el fin de no entorpecer la investigación.

Los 300 y La Chokiza: el trasfondo criminal que rodea el caso

Los señalamientos no surgen en el vacío. Los 300 han sido identificados por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México como una de las organizaciones criminales más violentas del Valle de México, con antecedentes en homicidios, extorsión, narcomenudeo, despojo de inmuebles y vínculos con autoridades municipales.

Su origen se remonta a grupos de choque ligados a la CTM en Ecatepec y, con el paso de los años, consolidaron un entramado de control territorial y protección política.

Por su parte, La Chokiza se presentó durante años como una supuesta organización social, mientras construía una red de extorsión, préstamos gota a gota, invasión de propiedades y violencia sistemática.

Bajo el mando de Alejandro Gilmare Mendoza, alias El Choko, y ex pareja de la ex alcaldesa de Cuaúhtémoc, Sandra Cuevas, el grupo operó en colonias enteras de Ecatepec y municipios vecinos, hasta que su líder fue detenido en septiembre de 2025 por fuerzas federales. Aun así, autoridades reconocen que la estructura no fue completamente desmantelada y que continúan operando células con distintos nombres.

Detenciones recientes: golpes parciales a las estructuras criminales

En los últimos meses, las autoridades federales y estatales han presumido una serie de detenciones contra mandos y operadores clave tanto de Los 300 como de La Chokiza, sin que ello haya significado su desaparición total.

En el caso de Los 300, el arresto de Luis "N", alias El Conejo, considerado líder histórico del grupo, marcó un punto de quiebre luego de que fuera recluido en el penal de Tenango del Valle por homicidio calificado y tentativa de homicidio.

A ese golpe se sumaron capturas estratégicas como la de Jorge "N", señalado por despojo y extorsión, y la de Edwin Israel "N", alias El Conejito, hijo de El Conejo, quien presuntamente asumió el control de la organización tras la caída de su padre. Pese a estas acciones, la Fiscalía mexiquense reconoce que el grupo continúa operando mediante células fragmentadas bajo nuevos nombres.

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En el caso de La Chokiza, tras la detención de su líder Alejandro Gilmare Mendoza, alias El Choko, en septiembre de 2025, fuerzas federales y estatales desplegaron operativos que derivaron en la captura de varios de sus integrantes, con aseguramientos de armas de fuego, drogas y grandes cantidades de efectivo en colonias de Ecatepec.

Sin embargo, el grupo no desapareció del radar. La detención más reciente ocurrió a inicios de diciembre con la captura de Aldo "N", alias El Balú, identificado como presunto integrante de La Chokiza y considerado objetivo prioritario a nivel federal por delitos como extorsión, homicidio y despojo.

Su arresto se dio tras un reporte por detonaciones de arma de fuego en un tianguis navideño, donde fue sorprendido portando una pistola abastecida y, de acuerdo con autoridades, alardeando su pertenencia a dicha organización delictiva.

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