- 19 de septiembre de 2025
La tragedia suma ya 25 muertos; el chofer de la unidad, Erik Acevedo, continúa en estado crítico.

Han pasado nueve días desde la explosión de una pipa que transportaba miles de litros de gas LP en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa. La tragedia dejó hasta el momento 25 personas muertas y mantiene a 21 más hospitalizadas, mientras que 38 víctimas han logrado recuperarse y recibir el alta médica.
La historia de María Salud
Entre las víctimas mortales se encuentra María Salud Jaurrieta Molina, de 59 años, quien falleció en el Hospital General Rubén Leñero después de luchar por su vida más de una semana.
Su caso conmocionó a la opinión pública porque fue identificada como la mujer que descendió de un microbús segundos antes de que la pipa explotara. El vehículo, conducido por Erik Acevedo, quedó reducido a cenizas.

Un video difundido en redes sociales mostró el momento en que María, vestida con una blusa color rosa, bajó por la puerta trasera del microbús y corrió en busca de ponerse a salvo. La grabación se corta justo antes de que ocurriera la detonación.
Aunque en un principio se creyó que había sobrevivido, la onda expansiva y las llamas la alcanzaron, provocándole quemaduras de tercer grado en el 60% del cuerpo. Tras varios días en terapia intensiva, médicos confirmaron su muerte, lo que incrementó la cifra de víctimas fatales de la tragedia.
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El chofer que se convirtió en héroe
El microbús donde viajaba María era conducido por Erik Vicente Acevedo, quien se encuentra hospitalizado en estado crítico. Su hermano, Mario Acevedo, relató que, a pesar del peligro, Erik regresó a la unidad envuelta en fuego para intentar rescatar a más pasajeros.
Ese acto de valentía lo expuso a dos explosiones: la de la pipa y la del propio microbús. Como consecuencia, presenta quemaduras en el 100% de su cuerpo y los médicos advierten que, en caso de sobrevivir, podría perder la vista y sufrir la amputación de ambas manos.
"Su motivación fue su buen corazón y su deseo de salvar a la gente", contó su hermano. Hoy, su estado de salud se mantiene como uno de los más delicados tras el siniestro.
La explosión en Iztapalapa no solo dejó pérdidas humanas, sino también un profundo impacto en la Ciudad de México. Entre la indignación y el duelo, las familias de las víctimas esperan justicia y acompañamiento de las autoridades para enfrentar las secuelas de una de las tragedias más graves ocurridas en la capital en los últimos años.
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