- 30 de abril de 2025
Cinco años después del crimen que conmocionó al país, un tribunal sentenció a Mario "N" y Giovana "N" por el secuestro y asesinato de la menor de siete años.

Cinco años después del secuestro y asesinato de Fátima Cecilia Aldrighetti, la justicia finalmente alcanzó a los responsables. Este miércoles 30 de abril, un tribunal sentenció a Mario "N" y Giovana "N" a 170 años de prisión por su participación en uno de los crímenes más atroces que haya conmocionado a la Ciudad de México en la última década.
La menor, de apenas siete años, fue sustraída de su escuela en Xochimilco y días después su cuerpo fue hallado sin vida en un paraje de Tláhuac.

Secuestro, feminicidio y omisiones institucionales
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México descartó desde un inicio que el secuestro tuviera fines económicos.
Las pruebas recabadas, incluidos registros de videovigilancia, condujeron a la tipificación del delito como feminicidio agravado. Fátima fue vista por última vez saliendo de la escuela Enrique Rébsamen, en Tulyehualco, de la mano de una mujer que más tarde fue identificada como Giovana "N". Posteriormente, se le ubicó en tránsito hacia un domicilio en Camino Ancho, Xochimilco, señalado como el lugar donde se cometieron los hechos.
A pesar de la contundencia de las pruebas, el camino hacia la justicia estuvo plagado de obstáculos. El proceso judicial se reinició tras la salida de la jueza original por motivos de incapacidad, lo que prolongó el caso por más de cinco años.
Sonia López, tía de la víctima, se convirtió en una voz clave para denunciar públicamente los retrasos, las omisiones y la falta de celeridad en la impartición de justicia.
Una detención clave y el inicio del proceso
La aprehensión de Mario y Giovana ocurrió el 19 de febrero de 2020, apenas un día después de ser identificados como presuntos responsables. F
ueron localizados en el municipio de Isidro Fabela, Estado de México, tras un cateo en el domicilio donde se presume que se cometió el crimen. El hallazgo del cuerpo de Fátima se produjo cuatro días después de su desaparición, y la identificación oficial se realizó mediante pruebas genéticas.
Durante la búsqueda, la Fiscalía ofreció una recompensa de dos millones de pesos por información sobre los responsables. La presión pública y la cobertura mediática del caso jugaron un papel importante en el aceleramiento de las investigaciones iniciales, aunque no evitaron las fallas que surgieron posteriormente durante el juicio.

El cierre de un caso que exhibe fallas estructurales
La condena de 170 años a los agresores marca el cierre de un proceso penal largo, pero no exento de críticas. El caso evidenció con crudeza las deficiencias del sistema judicial mexicano: demoras inaceptables, protocolos de búsqueda deficientes y una preocupante falta de protección para la infancia.
Más allá de la sentencia, el feminicidio de Fátima se convirtió en símbolo del hartazgo social frente a la violencia contra niñas y mujeres, y en una llamada de atención sobre los vacíos institucionales que permiten que estas tragedias se repitan.
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