Una feria donde antes había agua: la tragedia de la sequía en el Lago de Chapala

Donde antes fluía agua, hoy se alza una pequeña rueda de la fortuna oxidada. El diésel que gotea de un tráiler se esparce sobre el árido terreno donde el lago solía reposar, mostrando la triste realidad del Lago de Chapala, el cuerpo de agua más grande del país, convertido en un símbolo vivo de la sequía y la sobreexplotación acuífera que afecta a la región.

El Lago de Chapala se encuentra actualmente al 43% de su capacidad total, la cual es de 7,897 millones de metros cúbicos. Al estar en la orilla de la ribera, las cifras no son necesarias para percibir la crisis; la tierra está fracturada por el intenso sol primaveral, y el lodo pedregoso exhala un desagradable olor debido a los desechos que se han arrojado al agua durante décadas. La fauna se ha vuelto cada vez más escasa, y avistar garzas es ahora una cuestión de suerte, mientras que antes el sitio era conocido por la abundancia de estas aves.

La ausencia de agua en el lago es tan fuerte que una feria se ha instalado después de la Pascua para el goce de la población. Aunque pocos niños hacen uso de los juegos mecánicos, la imagen sorprende a quienes conocieron el lago en condiciones normales y veían agua donde hoy hay carritos, atracciones y se puede caminar si uno no teme ensuciarse los zapatos con tierra y lodo.

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El Lago de Chapala constituye la principal fuente de abastecimiento de agua para la Zona Metropolitana de Guadalajara, con una superficie total de 114,659 hectáreas, el 86% de las cuales se encuentra en Jalisco, y el resto en Michoacán. Además de los efectos del calentamiento global, parte del problema radica en la sobreexplotación y contaminación.

Chapala, conocido como el "Rinconcito del Amor", se convirtió en una de las zonas turísticas más importantes de Jalisco desde los años 50. Uno de los hoteles más céntricos de la zona presume que María Félix, la "Doña", pasó su noche de bodas en una de sus habitaciones. Hoy en día, los visitantes continúan llegando a los malecones de la Ribera, pero pocos pueden evitar la sorpresa y decepción que provoca la falta de agua en el lago; la imagen es impactante.

"Antes el agua llegaba hasta acá", señala Rodolfo, indicando la marca que el agua dejó en un muelle, aproximadamente dos metros por encima del suelo. "Mi papá solía traernos aquí para comer pescado y pasar los fines de semana de vacaciones", recuerda el hombre de 53 años, originario de Michoacán.

"Ya no es lo mismo; este no es el lago que conocí ni el que quería mostrarle a mis hijos", lamenta, mientras toma una cerveza en una de las bancas del malecón, donde suena música y otros visitantes, principalmente de Jalisco, pasean en un domingo cualquiera.

Los hijos de Rodolfo, Yuri de 12 y Alex de 15, pasean ahora un lago de Chapala muy diferente al que conoció su padre. Ellos juegan a los dardos en uno de los puestos de la feria, 3 tiros por 30 pesos y se aburren en la rueda de la fortuna que apenas da 5 vueltas y son los únicos pasajeros. Lejos, muy lejos de las actividades que hacía Rodolfo de niño, quien pescaba y se mojaba los pies caminando por el filo del embarcadero hace ya muchos años.

Como una ironía climática, los prestadores de servicios ofrecen paseos en lancha por el lago, con embarcaciones apiladas en tierra en el horizonte. Algunas de estas lanchas tienen el casco podrido o la maquinaria descompuesta. El muelle se extiende más de 200 metros sobre la tierra, aunque bien se podría abordar sin necesidad de ello. Para ellos, la sequía significa una disminución de clientes y dificultades para mantenerse a flote financieramente.

En otras localidades de la ribera como Ajijic y Jocotepec, la situación es similar: el agua se ha retirado de los turísticos malecones, aunque las construcciones lujosas, valuadas en dólares, siguen proliferando, ya que el municipio se ha convertido en uno de los más buscados por migrantes estadounidenses que llegan para vivir su retiro en el agradable clima de la región.

"Es una pena ver así la laguna; llevo viviendo aquí desde hace 8 años y cada vez la situación es más grave. Hemos tenido reuniones con las autoridades, que deben tomar cartas en el asunto", cuenta en un castellano atropellado Andrew, un residente canadiense de 74 años que eligió Chapala para su retiro.

"Es una zona bellísima, pero las consecuencias de nuestros actos están llegando", agrega.

Los efectos de la crisis también han golpeado a los pescadores, quienes cada vez encuentran más difícil capturar peces, y sus redes recogen apenas una cuarta parte de lo que solían capturar hace apenas una década. El nivel del lago ha descendido año tras año, pasando del 66% de su capacidad en 2022, al 58% en 2023 y, de manera preocupante, al 43% en 2024.

Jalisco, al igual que la mayor parte del país, enfrenta una sequía extraordinaria. De hecho, en 22 de sus municipios, la situación se considera extrema. Otros lagos importantes del país como Pátzcuaro y Valle de Bravo muestran paisajes similares, y los pronósticos para la temporada de lluvias de 2024 no son alentadores, igual que la respuesta del Gobierno.

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Las autoridades en sus diferentes niveles de gobierno tienen distintos enfoques del problema, con lo que se provoca un vacío sobre cómo acometer los efectos de la sequía, deslindar responsabilidades sobre la contaminación del agua y su uso, destinado en gran parte a la industria agrícola.

Los aspirantes a la presidencia han presentado escuetas propuestas en sus planes de gobierno. Claudia Sheinbaum, candidata oficialista, ha hablado de un Plan Hídrico, con un enfoque social enfocado en revertir los efectos privatizadores de reformas previas.

"La Ley Nacional de Aguas fue modificada por Salinas de Gortari con una visión, que es la privatización del agua, de lo que habla es de cómo transferir concesiones y permisos. El agua es nacional, es un recurso natural de bienes nacionales, este esquema de privatización tiene que limitarse", expresó sobre su plan que incluye una infraestructura de pozos y de red hidráulica, para garantizar el abastecimiento de agua en los hogares.

La opositora Xóchtil Gálvez también plantea impulsar la inversión en infraestructura a través del gasto público. Además incluyó entre sus propuestas tecnificar la industria agropecuaria para producir alimentos sin tanto gasto de agua, 100% de tratamiento de aguas residuales, fomentar la captura pluvial e inversión tecnológica para detectar tomas clandestinas y pozos ilegales.

Entretanto, Chapala sigue cambiando su rostro, cada día con menos agua y más actividades terrestres donde antes fluía el lago, hoy una feria, mañana, todo lo que se pueda imaginar.

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