Jeringas, algodones y recipientes que contuvieron pruebas de posibles pacientes con COVID-19 han sido desechados en el basurero de la comunidad de La Estancia, en el municipio de Actopan, Hidalgo, situación que hace temer a los pepenadores del lugar.
Un grupo de 50 familias de pepenadores denunciaron un mal manejo de los residuos médicos por parte de las autoridades del Valle del Mezquital, quienes han dejado dicho material al aire libre y sin ninguna clase de protección, según testimonios recogidos por Proceso.
De acuerdo con lo atestiguado por los trabajadores de recolección, existe una especie de fosa para depositar los insumos médicos ya utilizados, pero los camiones llegan y los depositan en donde sea y sin importar las afectaciones que puedan generar a los habitantes.
Por si fuera poco, el agujero creado para depositar los desechos ha sido utilizado por los propietarios de un rastro, quienes lo ocupan para depositar vísceras y restos de animales, lo cual podría ser otro foco de contagios en la zona.
Los mismos pepenadores explicaron que los desechos deben llegar sellados y en bolsas con la leyenda de manejo especial, "se supone que estamos en una pandemia y deberían de tener más cuidado", dijo una de las afectadas. El material habría sido depositado en otro hueco tras una reunión con las autoridades.
La tercera ola de casos por COVID-19 afecta a todo México. Cinco entidades tuvieron que dar marcha atrás en el semáforo rojo de alerta epidemiológica debido al repunte de casos, éstas son: Estado de México (amarillo), Michoacán (amarillo), San Luis Potosí (amarillo), Sinaloa (rojo) y Oaxaca (amarillo).
Al corte del domingo 18 de julio, México registró 4 mil 438 nuevos casos por COVID-19 y 91 lamentables defunciones, con lo cual se llega a un total de 236 mil 331 casos decesos confirmados por la Secretaría de Salud (SSa).