- 08 de agosto de 2025
El asesinato del delegado revela la disputa interna del Cártel del Golfo y el poder de Los Metros en Tamaulipas.

La madrugada del 4 de agosto se registró uno de los hechos más violentos y contundentes en la lucha contra el crimen organizado en Tamaulipas: el asesinato de Ernesto Cuitláhuac Vásquez Reyna, delegado de la Fiscalía General de la República (FGR) en esa entidad. Apenas cuatro días después, las autoridades confirmaron la captura del primer implicado en este homicidio, un hombre identificado como Jaret Roberto "H", detenido tras una intensa labor de investigación y seguimiento.
Según la Fiscalía General de la República, Jaret Roberto "H" fue ubicado en un centro de rehabilitación en Reynosa, donde se ocultaba luego de participar presuntamente en el asesinato del delegado. Durante su detención, las fuerzas federales aseguraron armas largas, cargadores, cartuchos y dosis de droga. Más allá de la captura, lo que llamó la atención fue la confirmación de que el detenido forma parte de Los Metros, una de las facciones más violentas y poderosas del Cártel del Golfo, con gran influencia en Reynosa.
El vínculo de Jaret Roberto con Los Metros quedó probado tras la inspección de su teléfono celular, donde las autoridades encontraron información clave que permitió esclarecer su papel en el homicidio. La FGR destacó además que esta facción es una pieza central en el huachicol fiscal en el norte de Tamaulipas, actividad ilícita que ha definido en gran medida la dinámica del grupo criminal en la región.
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El origen y evolución del Cártel del Golfo
El Cártel del Golfo, fundado en la década de 1930 y consolidado hasta finales de los 90, fue considerado una de las organizaciones narcotraficantes más antiguas y poderosas de México. Líderes como Juan García Ábrego y Osiel Cárdenas Guillén lograron expandir el dominio del cártel desde Tamaulipas hacia otras entidades del país.
Su brazo armado, Los Zetas, se convirtió en un grupo extremadamente violento que permitió a la organización criminal ampliar su control territorial. Sin embargo, la detención y abatimiento de sus principales líderes provocó que ambas organizaciones se fragmentaran, dando origen a múltiples células y facciones que aún hoy se disputan el control de plazas estratégicas para el narcotráfico.

Las facciones que disputan el poder en Tamaulipas
Entre las principales escisiones que surgieron del Cártel del Golfo destacan Los Ciclones, Grupo Escorpión, Los Rojos, Los Pantera y Los Metros. Cada una de estas células mantiene una fuerte pugna por el dominio en ciudades clave como Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, vitales para las rutas de tráfico de drogas.
En particular, Los Metros tomaron su nombre y estructura bajo el mando de Jorge Eduardo Costilla Sánchez, alias "El Coss", un criminal que escaló posiciones desde sus inicios bajo la tutela de Osiel Cárdenas Guillén. Costilla Sánchez llegó a ser jefe de seguridad tanto del Cártel del Golfo como de Los Zetas y, tras la detención de Osiel en 2003, asumió el liderazgo de la organización.
Durante su mandato, "El Coss" amplió las operaciones criminales del cártel a múltiples estados del país, desde Tamaulipas hasta Quintana Roo, pero su liderazgo no fue reconocido por todos, lo que aceleró la fragmentación interna de la organización tras la extradición de Osiel a Estados Unidos.

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La ruptura con Los Zetas y el nacimiento de Los Metros
La tensión entre el Cártel del Golfo y Los Zetas alcanzó un punto de quiebre cuando el brazo armado buscó independizarse. Un episodio clave fue el asesinato de Víctor Peña Mendoza, conocido como "El Concord 3", jefe de plaza del grupo La Última Letra en Reynosa. Este homicidio, presuntamente ordenado por "El Coss", provocó la ruptura definitiva entre Los Zetas y el Cártel del Golfo.
De acuerdo con un informe del Gobierno de México, la negativa de Antonio Cárdenas Guillén, hermano de Osiel, a entregar a los responsables a Los Zetas desencadenó una cruenta guerra entre ambos grupos, dando origen a la estructura fragmentada y violenta que hoy domina gran parte del narcotráfico en Tamaulipas.

El asesinato del delegado de la FGR en Tamaulipas es un reflejo claro de la violencia y fragmentación que vive el narcotráfico en el noreste mexicano. La detención de Jaret Roberto "H" no solo representa un avance para la justicia, sino que también revela la peligrosa influencia que Los Metros mantienen en la región, y cómo las disputas internas y las rupturas de los grandes cárteles siguen alimentando la violencia que permea a diario en las ciudades del norte del país.
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