De Otis a Erick: Acapulco, bajo el asedio de los huracanes

Erick aún no ha tocado tierra y ya puso a Acapulco de nuevo en alerta máxima. El recuerdo de Otis, apenas en octubre pasado, no ha desaparecido y la amenaza de un nuevo huracán de categoría 2 —con potencial de escalar aún más— revive el miedo, las pérdidas y la indignación de miles de familias que todavía no terminan de reconstruirse.

Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el huracán Erick avanza por el Pacífico mexicano con fuerza creciente. Aunque hasta ahora se mantiene en categoría 2, Conagua y Protección Civil advierten que podría intensificarse a una categoría mayor en las próximas horas. El impacto directo se espera entre jueves y viernes, con lluvias intensas en la zona costera de Guerrero y posibles deslaves en regiones montañosas.

Alerta en Guerrero

La Cruz Roja mexicana ya activó sus protocolos de emergencia. Mientras tanto, la Secretaría de Protección Civil de Guerrero y los Comités de Abasto en Acapulco aseguraron que los productos de la canasta básica están garantizados y disponibles. El llamado es claro: evitar compras de pánico, que solo generan desabasto artificial e incrementos de precios.

"Los centros de distribución operan con normalidad y se han establecido rutas de emergencia para mantener el abasto", informaron las autoridades estatales. Pese al llamado de las autoridades, en redes sociales circulan videos en diversos supermercados y tiendas que muestran largas filas de ciudadanos realizando compras de pánico previo a la llegada del huracán.

CFE despliega operativo especial

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) también se alista ante el posible colapso de infraestructura. Se ha desplegado un operativo con:

665 trabajadores electricistas

154 grúas

309 vehículos de emergencia

51 torres de iluminación

30 plantas de emergencia

2 helicópteros para evaluación de daños

Estos recursos serán priorizados para hospitales, sistemas de bombeo, antenas de comunicación y gasolineras, conforme al Manual de Procedimientos Técnicos para la Atención de Desastres.

Otis: la herida sigue abierta

Otis, el huracán categoría 5 que devastó Acapulco el 25 de octubre de 2023, dejó un saldo brutal: 7 mil hectáreas urbanas destruidas, más de 300 mil viviendas afectadas, hoteles colapsados, cortes prolongados de energía y saqueos masivos. Su impacto paralizó completamente la actividad económica del puerto.

En respuesta, el Gobierno federal —a través de la Secretaría del Bienestar— destinó más de 21 mil millones de pesos en apoyos directos. Entre las medidas se incluyeron:

301,076 apoyos para limpieza y reconstrucción de vivienda (de 8 mil a 60 mil pesos)

30,196 apoyos para locales comerciales (45 mil pesos)

Sustitución del Fonden por un modelo de censo casa por casa con participación de la Conavi y servidores de la nación.

John: el terror que dejó a su paso

Menos mediático pero igual de destructivo, John tocó tierra el 24 de septiembre de 2024. Provocó lluvias torrenciales en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Puebla y Michoacán. Hubo cortes masivos de luz, deslaves, muertes por sepultamientos y derrumbes, y afectaciones en infraestructura vial como la Carretera Federal 200.

En Guerrero se contabilizaron más de 98 mil personas sin electricidad y al menos ocho muertes confirmadas por deslizamientos de tierra y caídas estructurales. Zirándaro, Tlacoachistlahuaca y Malinaltepec fueron de los municipios más golpeados.

Acapulco bajo la lluvia: no hay tregua

El paso de John se vivió con crudeza en Acapulco: deslaves, derrumbes, muertes por arrastre de agua, viviendas colapsadas y evacuaciones masivas. El 27 de septiembre, un muro de contención colapsó en Alta Progreso, obligando a evacuar a más de 300 personas.

Un niño murió ahogado tras el colapso de su casa en la colonia Ecologista. Otro fue arrastrado por la corriente en Lomas La Esperanza. Las lluvias no cesaron durante cinco días, saturando el suelo y haciendo colapsar calles enteras.

¿Lecciones aprendidas o promesas pendientes?

A pesar del esfuerzo federal por entregar apoyos, muchas comunidades señalan que no han recibido ayuda real o suficiente. La falta del Fonden, dicen algunos damnificados, ha generado una respuesta más lenta y menos estructurada.

Organizaciones civiles advierten que, aunque la entrega directa casa por casa es positiva en el papel, también es susceptible a omisiones, discrecionalidad y falta de transparencia. "Nos censaron dos veces, pero nunca llegó el apoyo", relatan vecinos de colonias populares.

Con Erick apenas iniciando la temporada de huracanes 2025 y la memoria reciente de Otis y John, la población en Guerrero y Oaxaca enfrenta una amenaza doble: la del clima extremo y la de un sistema de protección civil que todavía no termina de responder a los estragos anteriores.

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