¿NUEVA EVIDENCIA?
Rancho Izaguirre: Madres buscadoras localizan prendas quemadas en predio aledaño
Colectivos de madres buscadoras intensifican búsqueda en los alrededores tras negarles el acceso al predio del Rancho Izaguirre
El dolor y la esperanza siguen guiando a los colectivos de madres buscadoras en Jalisco, quienes han iniciado una nueva jornada de rastreo en los alrededores del Rancho Izaguirre, ubicado en la Estanzuela, municipio de Teuchitlán. Esto, luego de que les fuera negado el acceso al interior del predio, bajo el argumento de que las autoridades ya están trabajando en la zona.
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A pesar de esta restricción, las buscadoras no se han detenido. Durante el primer día de exploración en terrenos aledaños, encontraron ropa quemada y otros objetos personales, lo que refuerza la sospecha de que el área pudo haber sido utilizada como un panteón clandestino.
Con la firme intención de dar con el paradero de sus seres queridos, las integrantes del colectivo Buscando Corazones comenzaron a recorrer los alrededores del rancho. Armadas con sus ya características varillas de metal, las cuales clavan en la tierra con la esperanza de detectar indicios de cuerpos enterrados, han peinado la zona meticulosamente.
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Durante la inspección, hallaron algunas prendas dañadas por el fuego, entre ellas una sudadera, un huarache, un calcetín y una gorra. Para ellas, estos hallazgos podrían ser nueva evidencia de los crímenes cometidos en la zona y, posiblemente, una pista más en su incansable búsqueda.
"Nos dijeron que el Ministerio Público no autoriza la entrada de nadie, porque supuestamente ya están trabajando, pero ayer dejaron entrar a los medios de comunicación", denunció Ivonne, líder del colectivo.
Esta negativa no es nueva, pues en repetidas ocasiones las autoridades han obstaculizado el acceso a los familiares de las víctimas, lo que genera más dudas sobre lo que realmente ocurre en el rancho.
La negativa de las autoridades
La orden de impedirles el acceso provino de un agente del Ministerio Público Federal, quien indicó que solo podrán ingresar personal de la Comisión Nacional de Búsqueda y de Ciencias Forenses. Para las madres buscadoras, esta decisión resulta injusta y sospechosa, pues consideran que su presencia es fundamental para garantizar transparencia en el proceso.
Al no poder entrar al rancho, las buscadoras improvisaron un campamento en el camino, donde extendieron una lona con las fotografías de sus seres queridos desaparecidos. Este espacio no solo se convirtió en un punto de resistencia, sino también en un símbolo del dolor que las une y del esfuerzo incansable por hacer justicia.
Descubrimientos que refuerzan las sospechas
El hallazgo de ropa quemada a 200 metros del campamento encendió las alarmas entre las buscadoras. Según su experiencia en este tipo de rastreos, la presencia de prendas calcinadas podría indicar que la zona fue utilizada para deshacerse de evidencias.
Como en cada búsqueda, las varillas de metal se convirtieron en su mejor herramienta. Clavándolas en la tierra cada dos metros, esperan que tarde o temprano el característico olor de la descomposición les indique dónde excavar. Para ellas, el terreno que rodea el rancho podría esconder más secretos macabros, tal como ha ocurrido en otros puntos de Jalisco utilizados por el crimen organizado.
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Desde hace varios años, el Rancho Izaguirre ha estado en el ojo del huracán. Se sospecha que durante una década fue un sitio de exterminio en el que grupos delictivos desaparecían a sus víctimas. En varias ocasiones, colectivos de búsqueda han intentado ingresar al lugar para verificar la magnitud de los crímenes cometidos ahí, pero se han enfrentado a trabas burocráticas y negativas de acceso.
Los reportes de personas desaparecidas en Jalisco han ido en aumento en los últimos años. Según datos de la Comisión Nacional de Búsqueda, la entidad se encuentra entre los estados con mayor número de desapariciones en el país, con miles de familias que siguen esperando respuestas.
A pesar de los obstáculos, las madres buscadoras han dejado claro que no se rendirán. Mientras las autoridades siguen con su proceso, ellas continuarán explorando los alrededores, con la esperanza de hallar más restos óseos o cualquier otra evidencia que pueda ayudar a esclarecer los crímenes cometidos en el lugar.
"Vamos a seguir aquí, porque sabemos que hay más restos. Nosotras no nos vamos a detener", afirmaron.
El dolor de perder a un ser querido se ha convertido en su mayor motor, y aunque las respuestas no llegan, su lucha sigue firme. Para ellas, cada varillazo en la tierra representa una posibilidad de encontrar la verdad.
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