Los escándalos alrededor del concierto de Bad Bunny y el tremendo fraude presuntamente orquestado por Ticket Master no dejan de dar titulares, esta vez no fue por el cantante o la empresa de boletos directamente, sino por las polémicas opiniones expresadas tanto por Daniel Bisogno como por la actriz Laisha Wilkins, quienes "sin pelos en la lengua" arremetieron contra el cantante puertorriqueño y sus fans defraudados.
Fue a través de su cuenta de Twitter que el conductor de Ventaneando, Daniel Bisogno, se burló sardónicamente del cantante y los fans, al punto de insultarlos y referirse a ellos como "idiotas": "Un idiota viene a robarle su dinero a miles de idiotas, con música idiota para gente idiota". Sabiendo que su tuit no sería del agrado de muchos, el presentador de televisión limitó las respuestas, para que no lo molestaran, sin embargo a través de citar el tweet o etiquetarlo directamente, los usuarios le hicieron llegar sus críticas.
Las respuestas de algunos usuarios se dieron en el mismo tono alebrestado que el mensaje de Bisogno: "El idiota que sale en la tele diciendo idioteces ha hablado"; "¿Cómo se llamó la obra? Un idiota opinando sobre el artista mejor pagado del mundo", fueron sólo algunas de las reacciones en contra del antipático conductor. Mientras unos usuarios lo criticaron por "sentirse superior", otros más se burlaron de él y su papel en "El tenorio Cómico".
Pero Daniel Bisogno no fue el único famoso que proclamó su opinión sobre Bad Bunny, sus fans y el presunto gran fraude de Ticket Master, ya que también la actriz Laisa Wilkins, al retuitear un comunicado de la Profeco donde se informaba que el reembolso del boleto a los fans defraudados, comentó que “la vida les dio una gran oportunidad de no tirar el dinero en porquerías”.
La actriz no limitó las respuestas a su tuit, por lo que se estuvo peleando con otros usuarios que no se quedaron callados y criticaron su opinión y postura al respecto. Al igual que pasó con Bisogno, la dijeron que su comentario era clasista y poco empático con las víctimas de un fraude que nada tenía que ver con los consumidores y sí con la empresa que sistemáticamente hace de la reventa ilegal un negocio. Para intentar acabar con la polémica, Laisha Wilkins se defendió escribiendo: "para la gente frustrada todo es clasismo".
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