NOROÑA BAJO FUEGO
¿Opulencia, misoginia o campaña negra? Así fueron los 10 días de crisis de Fernández Noroña
Gerardo Fernández Noroña acusa una campaña negra en su contra tras enfrentar reclamos por misoginia y protestas por su casa de 12 mdp.
Gerardo Fernández Noroña atraviesa quizá los días más turbulentos de su carrera política. En apenas una semana y media, el senador de Morena ha estado en el ojo del huracán por acusaciones de misoginia, la compra de una casa de 12 millones de pesos en Tepoztlán, una pelea a golpes con Alejandro "Alito" Moreno en el Senado y el reclamo abierto de una estudiante universitaria que lo cuestionó por incongruencia y machismo.
Noroña se victimiza: "Es un campañón"
En sus videotransmisiones diarias, Fernández Noroña acusa a sus detractores de articular un ataque mediático millonario en su contra. Habla de "fuego amigo" y de una estrategia para destruirlo, pero asegura que no lo lograrán:
"No van a poder por una sola razón, porque en México manda el pueblo de México y nadie más", dijo entre reproches a medios de comunicación a los que tachó de "miserables" por aplaudir la agresión que sufrió en la Comisión Permanente el 27 de agosto.
El legislador sostiene que todo lo que se dice de él —desde la supuesta misoginia hasta su estilo de vida— forma parte de una campaña negra.
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El choque con Victoria Montes de Oca
Uno de los episodios más virales fue el reclamo de Victoria Montes de Oca, estudiante de Ciencias Políticas en la UAEM, quien lo enfrentó en un foro en el Senado. Le cuestionó sobre misoginia y la compra de su casa millonaria en Tepoztlán.
"No sé dónde queda el respeto y la equidad si usted es el primero que es misógino y machista", lanzó la joven frente al auditorio.
Noroña negó haber hecho la frase que se le atribuyó contra Lilly Téllez y defendió su estilo de vida con una anécdota: "Gandhi tenía su escudilla... eso es austeridad y no chingaderas, yo no aspiro a tanto".
Montes de Oca aclaró después que su intervención buscaba exponer la necesidad de congruencia en la política y no una confrontación personal.
La mansión de 12 millones en Tepoztlán
Otro escándalo que salió a la luz fue cuando se reveló que el senador adquirió la llamada "Casa del silencio" en Tepoztlán, Morelos. Comuneros denunciaron que se trata de un bien comunal que no puede venderse sin asamblea y protestaron con mantas en la entrada: "¡Tepoztlán es comunal, ya basta de fraudes y corrupción!".
Además, el inmueble está dentro de un Área Natural Protegida, lo que desató un conflicto legal en el que intervino la Conanp y la Profepa. Noroña respondió que se trata de un ataque político y defendió que paga la propiedad con su trabajo.
Los golpes con Alito
El 27 de agosto, la Comisión Permanente terminó en un altercado cuando Alejandro Moreno, dirigente del PRI, se enfrentó físicamente con Noroña. La pelea, transmitida en vivo, incluyó jaloneos, empujones y hasta golpes a un trabajador del Senado.
La Fiscalía General de la República ya abrió una investigación y citó al senador de Morena para la reconstrucción de los hechos. Noroña confirmó que incluso se le asignó custodia como mecanismo de protección.
El estilo de vida bajo sospecha
Más allá de las polémicas coyunturales, las críticas apuntan al contraste entre su discurso y su vida personal. A la compra de la casa se suma una camioneta de 1.5 millones de pesos, ingresos por donativos en YouTube —que no aparecen en su declaración patrimonial— y acusaciones de nepotismo y corrupción por excolaboradores.
En conferencia, el senador desestimó las críticas:
"Yo no tengo ninguna obligación personal de ser austero. Díganos qué vehículo tenemos que tener, en qué restaurantes tenemos que comer".
Un pasado de acusaciones familiares y políticas
Las denuncias no son nuevas. Excolaboradores lo acusaron de tener familiares en la nómina y hasta de cobrar "derecho de piso" por trabajar con él. Su hermana, Luz Fernández Noroña, también lo señaló de haber intentado golpearla en una disputa familiar, lo que refuerza las críticas por misoginia.
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¿Crisis personal o ataque orquestado?
Fernández Noroña insiste en que todo responde a una ofensiva para minar su carrera política. Sin embargo, el cúmulo de señalamientos en tan poco tiempo —desde la violencia política hasta la opulencia personal— lo han colocado en el punto más vulnerable de su trayectoria.
La pregunta que queda es si se trata de un ataque coordinado, como él asegura, o si los episodios de los últimos diez días evidencian contradicciones que lo persiguen desde hace años.
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