- 15 de abril de 2025
El fenómeno del Poohniverse y otras películas de terror que transforman personajes clásicos de la infancia en monstruos sanguinarios.

En un intento por reinventar las narrativas clásicas y llevarlas al extremo, varios personajes entrañables de la literatura y la animación están siendo reciclados en películas de bajo presupuesto que los convierten en monstruos, psicópatas y asesinos sedientos de sangre.
Lo que inició como una curiosidad con Winnie Pooh: Miel y sangre (2023), se ha convertido en una tendencia: películas de horror protagonizadas por figuras como Bambi, Pinocho, Peter Pan o Mickey Mouse.
Estas reinterpretaciones no solo apelan al morbo y la nostalgia, también reflejan un impulso por trastocar los íconos de la infancia con una crudeza que raya en lo absurdo. En ellas no hay moraleja, ni final feliz: solo una exploración grotesca del lado más oscuro de personajes que alguna vez fueron símbolo de inocencia. ¿Por qué nos gusta verlas?
Winnie the Pooh: Sangre y Miel – La Primera Muestra del Poohniverse
El ejemplo más famoso de este fenómeno es Winnie the Pooh: Sangre y Miel (2023), una película que comenzó como un proyecto independiente pero rápidamente generó revuelo entre los fanáticos del terror, recaudando en taquilla más de 5 millones de dólares con un presupuesto de apenas 100 mil.
Esta reinterpretación grotesca de los personajes creados por A. A. Milne introduce a Pooh y Piglet como asesinos descontrolados, hambrientos por la sangre de los humanos. Abandonados por Christopher Robin, los icónicos osos del Bosque de los Cien Acres se vuelven salvajes y despiadados, dejando atrás todo rastro de la dulzura que una vez representaron.
Con todo y sus carencias, esta primera película fue lo suficientemente exitosa como para no solo conseguir una secuela, sino también dar pie al ambicioso proyecto cinematográfico conocido como Poohniverse: una especie de universo compartido al mero estilo de Los Vengadores, pero con un giro sangriento y protagonizado por personajes de nuestra infancia.
Peter Pan: Pesadilla en Nunca Jamás
Lo que siguió en el ambicioso plan fue Peter Pan: Pesadilla en Nunca Jamás (2024), una adaptación retorcida que reimagina a Peter Pan como un asesino serial.
Aquí, el niño que nunca creció se presenta no solo como un villano, sino como una amenaza mortal para Wendy y su hermano Michael. A través de una mezcla de horror, traumas de infancia y abuso de sustancias, la historia se transforma en una pesadilla donde la figura que alguna vez fue símbolo de la eterna juventud se vuelve una manifestación del caos y la locura.
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A diferencia de Winnie Pooh: Miel y sangre, esta película apuesta por una narrativa más sólida. Hay un intento claro por profundizar en el personaje de Peter y justificar su transformación a través del abuso infantil que sufrió y su dependencia a sustancias.
Sin embargo, sigue cargando con los mismos problemas de sus predecesoras: actuaciones débiles, una fotografía que no logra sacudirse el aire de serie B, y un guion que, aunque más ambicioso, no puede evitar caer en lugares comunes. Wendy, por ejemplo, atraviesa situaciones que rayan en lo absurdo, repitiendo el tropo clásico del cine de terror donde la víctima joven logra vencer al monstruo, sin importar cuán desventajosa sea su posición.
El proyecto continúa el lanzamiento de otras entregas que expanden este universo torcido: Bambi: The Reckoning ; Pinocchio Unstrung promete una versión desquiciada del muñeco de madera. Todas estas películas funcionan como piezas individuales que, tarde o temprano, confluirán en Poohniverse: Monsters Assemble, el crossover sangriento con el que buscan coronar este macabro experimento cinematográfico.

Screamboat: La Masacre del Ratón
En paralelo al Poohniverse, otro ícono de la animación también ha sido arrastrado al territorio del horror. Screamboat: La Masacre del Ratón, que llega a salas mexicanas este 24 de abril, conuna versión grotesca y violenta del clásico personaje de Steamboat Willie.
Dirigida por Steven LaMorte y protagonizada por David Howard Thornton (Terrifier), la cinta mezcla slasher, comedia negra y horror extremo en un escenario claustrofóbico: un ferry nocturno en Nueva York convertido en trampa mortal.
Aunque esta película no forma parte del universo de Jagged Edge, comparte la misma lógica: deformar lo entrañable hasta volverlo pesadilla. Como explica su director, es una carta de amor torcida a la animación clásica y al cine de terror ochentero.

El placer culposo de destruir nuestros personajes favoritos
Lejos de agotarse, este fenómeno parece apenas comenzar. La facilidad con la que estos personajes entran al dominio público —y la velocidad con la que se reciclan en versiones cada vez más violentas— revela tanto un agotamiento creativo como una fascinación cultural por ver destruidos los símbolos de inocencia.
¿Es una forma de catarsis? ¿Una burla al sentimentalismo que marcó nuestra infancia? Sea cual sea la razón, estas películas han encontrado un público ansioso por ver cómo los personajes que marcaron nuestra infancia se transforman en pesadillas.
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