- 11 de septiembre de 2024
Célebre por catalogar al COVID-19 como una gripecita, ahora, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, le pide a los ciudadanos que dejen de lloriquear ante el repunte de casos confirmados y fallecimientos; en la nación sudamericana existe un repunte por la variante P.1, surgida en tierras cariocas.

El miércoles 3 de marzo, Brasil registró un nuevo récord de decesos en un sólo día, al contabilizar mil 910 nuevos fallecimientos; ante este adverso escenario y lejos de emprender nuevas acciones, el presidente Jair Bolsonaro le pidió a los ciudadanos que dejen de "lloriquear".
Bolsonaro, quien en el pasado catalogó al COVID-19 como una "gripecita", tuvo una actitud poco empática hacia las personas enfermas y los familiares de las víctimas, a quienes cuestionó "¿cuánto tiempo más durará el llanto?".
"¿Cuánto tiempo más te quedarás en casa y cerrarás todo? Nadie puede soportarlo más", declaró Bolsonaro, contradiciendo la recomendación de aislamiento social propugnada por la Organización Mundial de la Salud (OMS); el presidente de Brasil asegura que necesitan de otras medidas y soluciones, pero no dijo cuáles.

El exmilitar (Bolsonaro) comienza a tener más detractores por el manejo que hace de la pandemia: sólo 3.5 de cada 100 habitantes ha recibido la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19, mientras las mutaciones del Sars-Cov-2 continúan causando bajas.
De acuerdo con la Universidad John Hopkins, Brasil suma 260 mil 970 muertes, por lo que es la segunda nación con más decesos desde que inició la pandemia; sólo por detrás de los Estados Unidos que acumulan 519 mil 994 fallecimientos.

Aunque naciones como México y Estados Unidos han informado una disminución en los decesos, la nación sudamericana enfrenta un severo repunte de casos confirmados; en su mayoría por la peligrosa variante P.1, o mejor conocida como variante brasileña.
Según estudios preliminares, la variante brasileña es dos veces más transmisible que la cepa original; además de que el peligro de una reinfección aumenta entre un 25 y un 65 por ciento. La Universidad de Sao Paulo cree que los casos disminuirán con una adecuado monitoreo de los casos.

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