- 31 de octubre de 2025
Suzanne Rees, una jubilada australiana, fue olvidada por el Coral Adventurer durante una excursión en Lizard Island.

La tranquilidad del paraíso tropical en Lizard Island, al norte de Queensland, se vio interrumpida por una tragedia que ha puesto bajo escrutinio a la compañía Coral Expeditions.
Suzanne Rees, una mujer australiana de 80 años, perdió la vida tras quedar varada en la isla luego de que el crucero Coral Adventurer partiera sin ella durante una excursión. La familia de la víctima acusa a la empresa de negligencia y exige una investigación que esclarezca las circunstancias de su muerte.

"Murió sola": la denuncia de su hija
Suzanne Rees había pagado 52 mil 681 dólares por una travesía de 60 días alrededor de Australia. Durante la primera parada, en Lizard Island, los pasajeros realizaron una excursión de senderismo y snorkel.
Según los reportes, Rees se sintió mal por el calor mientras subía hacia la cima de la isla, conocida como Cook´s Look, una caminata de 2.5 millas que el resort local describe como "desafiante" y apta solo para quienes tienen buena condición física.
"Según nos ha informado la policía, hacía mucho calor y mamá se puso mala durante la subida a la colina", relató su hija Katherine Rees al diario The Australian. "Le pidieron que bajara sin escolta. Luego el barco partió, aparentemente sin hacer recuento de pasajeros. En algún momento de esa secuencia, o poco después, mamá murió, sola."
Katherine, visiblemente afectada, cuestionó la falta de medidas de seguridad y vigilancia de la empresa: "Espero que la investigación forense determine qué debería haber hecho la empresa para poder salvar la vida de mamá."

Una desaparición ignorada durante horas
De acuerdo con fuentes citadas por The Australian, el grupo de excursionistas continuó su recorrido sin notar la ausencia de Rees. No fue sino hasta cinco horas después, alrededor de las seis de la tarde, cuando alguien advirtió que no había regresado para cenar.
El Coral Adventurer dio entonces la vuelta y envió a siete tripulantes en una embarcación más pequeña para buscarla con linternas, mientras un helicóptero de Nautilus Aviation se unía a la búsqueda. Fue esa aeronave la que localizó el cuerpo de la mujer el domingo siguiente. La policía de Queensland informó que la muerte ocurrió en circunstancias "repentinas y no sospechosas", aunque la familia sostiene que el hecho pudo evitarse.
Dudas sobre los protocolos de seguridad
El caso ha generado indignación y desconcierto entre expertos en la industria de cruceros. En una entrevista para el programa Sunrise, el analista Adrian Tassone expresó su sorpresa:
"Las compañías de cruceros, en condiciones normales de funcionamiento, siempre saben quién está a bordo y quién no, así que si los informes son ciertos y esta mujer se quedó en la isla, realmente no puedo entender cómo ocurrió."
Tassone añadió que estos barcos suelen utilizar sistemas de registro digital mediante tarjetas que se escanean al subir o bajar, lo que debería impedir que alguien quede atrás. "Este barco tenía una capacidad máxima de 120 pasajeros, por lo que me cuesta entender cómo no se realizó un recuento de personas."

Coral Expeditions rompe el silencio
El director ejecutivo de Coral Expeditions, Mark Fifield, confirmó el fallecimiento a través de un comunicado enviado a news.com.au.
"Coral Expeditions puede confirmar la trágica muerte de un pasajero del Coral Adventurer durante una excursión a Lizard Island en Queensland", expresó. "Si bien continúan las investigaciones sobre el incidente, lamentamos profundamente lo sucedido y ofrecemos todo nuestro apoyo a la familia de la mujer."
Fifield señaló que el equipo de la empresa mantiene contacto con los familiares de Rees y coopera con la policía de Queensland para esclarecer los hechos. Sin embargo, la compañía se negó a responder preguntas sobre un posible reembolso del viaje, argumentando que no comentan "conversaciones privadas".
Una muerte que cuestiona la responsabilidad del turismo de lujo
La tragedia de Suzanne Rees ha abierto un debate sobre la responsabilidad y los protocolos de seguridad en los cruceros de lujo, donde las excursiones suelen realizarse en entornos naturales y remotos. Lizard Island, ubicada a unas 1,000 millas al noreste de Brisbane, es un destino exclusivo conocido por sus arrecifes y senderos, pero también por sus condiciones extremas.
Para la familia Rees, lo que debía ser una aventura inolvidable se transformó en una pesadilla marcada por la desatención y la indiferencia. "Hubo una falta de atención y sentido común", dijo Katherine. "Mamá merecía algo mejor."
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