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Tras divorcio de esposa, hombre se enamora de su vecino

Un hombre comparte la conmovedora y compleja historia de cómo, a los 50 años y luego de un divorcio, sin darse cuenta se enamoró de su vecino y el proceso que lo llevó a aceptarse y amarse

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El destino es muy caprichoso, la vida es un camino iniciático en forma de laberintoCréditos: Twitter @marcefavena

Si se tienen los brazos abierto hacia el amor, éste puede llegar de las formas más inesperadas y bajo las circunstancias más sorprendentes. Esta es una inusual historia de amor. Al principio, eran vecinos y luego se convirtieron en amigos y, más adelante, en algo más. Sólo con el paso de los meses se dieron cuenta de que sentían algo más profundo el uno por el otro, pero les llevó aún más tiempo aceptarlo.

Después de separarse de su esposa, con quien se había casado a los 24 años, Marcelo se mudó al edificio donde vivía el Pela con su novia. A Marcelo le afectó mucho el divorcio de su esposa, pues quería formar una familia, ya que sus padres habían fallecido poco antes de cumplir los 20 y quedó al cuidado de sus hermanas de 6 y 16 años. 

Su matrimonio era similar a cualquier otro, una típica familia de clase media en Argentina, con un padre, una madre y dos hijos, un niño y una niña. Aunque enfrentaban altibajos económicos, no tenían grandes problemas entre ellos. Se querían, los hijos crecían sanos y nunca tuvieron discusiones importantes ni consideraron la posibilidad de separarse. Sin embargo, cuando llegaron a los 50 años y llevaban más de la mitad de sus vidas juntos, la relación comenzó a debilitarse y tomaron la decisión de separarse por el bien de todos. Los hijos ya eran adultos, Belén tenía 22 años y Mati 20, y aunque fue impactante porque nunca los habían visto peleando, entendieron la situación

Una bonita e inesperada historia de amor. Fuente: Twitter

Marcelo dejó la casa que compartía con su familia y se mudó a un pequeño apartamento con poco más que un colchón, cuatro vasos y un juego de sábanas desgastadas que tenía que lavar y secar en el día si quería tener una cama hecha. No pasó mucho tiempo antes de que entablara amistad con Gustavo, su vecino del segundo piso. Estaban charlando en el pasillo una mañana cuando Marcelo vio por primera vez al Pela, quien iba de la mano de una mujer.

“Había un nene que cuando lo vio se le acercó corriendo: ‘Uy, ¿me firmás un autógrafo?’, le dije. Entonces cuando se van, lo miro a Gustavo, mi amigo, y le pregunto: ‘¿Y este pelado quién es que le piden autógrafos?’”, recuerda Marcelo.

Gustavo le explicó que el Pela era locutor, trabajaba en la radio y también estaba muy involucrado en el mundo del fútbol como la voz de un club importante. Vivía con su novia en el departamento del segundo piso, justo al lado del de Gustavo. Por eso, cuando el Pela se separó de su novia y regresó a vivir con sus padres, seguía visitando el edificio para encontrarse con ellos. Como los tres estaban solteros, solían hacer planes juntos todas las semanas. Salían a comer o tomar algo, o se reunían en el departamento de uno de ellos para jugar a las cartas o ver películas. La relación entre Marcelo y el Pela se volvía cada vez más estrecha.

“Si alguna vez Gustavo no podía venir, salíamos solos y hablábamos horas. Nos contábamos nuestras penas, era como que los dos nos usábamos de psicólogos. Yo le contaba del trabajo y de mis hijos, él no tenía porque había estado casado muy poco tiempo, pero seguía muy conectado a su ex”.

Marcelo no esperaba encontrar el amor en su vecino Pela. Fuente: Twitter

Dos años después del divorcio de Marcelo, ocurrió una noche en la que los tres amigos tenían planes de salir a cenar juntos. Sin embargo, Gustavo canceló en el último momento debido a que su hija estaba enferma con fiebre. "Vayan ustedes", les dijo, y eso fue precisamente lo que hicieron: “Habíamos ido a La Parolaccia de Puerto Madero, comimos unas pastas y nos matamos de risa –cuenta Marcelo–. Después fuimos a tomar un helado y subimos riéndonos al auto de él para volver. Íbamos por Córdoba, escuchando música, y en el semáforo de Callao, me dice: ‘Enano, tengo que decirte algo’”.

El Pela justificó su acción diciendo: “Es que si no lo hago ahora, no lo hago más”. Mientras le agarraba las manos para evitar que se soltara, le dio un beso que dejó a Marcelo con la boca partida, según recuerda. Marcelo relata que instintivamente intentó abrir la puerta y salir del auto, pero al mismo tiempo se quedó paralizado. Reconoce que no se lo esperaba y aunque estaba molesto en ese momento, luego comprendió que lo que más le molestaba era que no le disgustó la actitud del Pela.

Durante las siguientes semanas, evitaron hablar entre ellos. Marcelo ideaba estrategias para evitar encontrarse con el Pela y respondía evasivamente cuando Gustavo le preguntaba por qué estaba actuando de forma extraña y evitaba salir. Sin embargo, este tema ocupaba todas sus sesiones de terapia.

Finalmente, tras mucho tiempo en Terapia para aprender a aceptarse, Marcelo llamó al Pela “Mirá –le dijo–, vengo hablando esto en terapia. Siento que no quiero perder esto que armamos, llamalo como quieras, amistad, hermandad". Entonces el Pela lo interrumpió: “No me digas nada. Dejemos que las cosas fluyan. Dej?? que la vida te sorprenda, enano”, confesó Marcelo a Infobae. Sin embargo tristetemente, tras un año de sostener una relación, el Pela sufrió un infarto.

"Dejá que la vida te sorprenda, enano” esa frase del Pela se le quedaría grabada a sangre y fuego a Marcelo.

Aquel fatídico día, el Pela llevó a Marcelo a la oficina y se dirigió a su propio negocio. Menos de una hora después, Marcelo recibió una llamada telefónica en la que escuchó el llanto desesperado de su hija. El Pela había sufrido un infarto masivo y falleció mientras estaba en los brazos de Belu. Marcelo se apresuró a llegar al lugar del incidente, lo cual le llevó 17 minutos. Al llegar, ya se encontraban presentes la policía y una ambulancia. Sus hermanas lo esperaban en la entrada. Al verlo, dijeron: "Déjenlo pasar, es la pareja". Nunca antes lo habían reconocido públicamente de esa manera.

Nuevo amor

Transcurrido un tiempo, compartió con sus compañeros de trabajo aquella experiencia, pues nadie sabía que Marcelo es gay. “Lloré 48 horas sin parar, pero a la vez, era como sacarme una mochila enorme de encima”. Fue tanto el alivio que sintió después de eso, que tuiteó al respecto, lo que le trajo miles de reacciones dándole ánimo y felicitándolo, excpto un mensaje directo de un usuario. “¿Tanto lío por haber salido del placard en una red social?”. Marcelo respondió un poco agresivamente, pero el usuario se disculpó: “No quise ofenderte, pero hoy todo es más fácil, está más naturalizado”. “Vos porque no conocés mi historia”, dijo Marcelo. Así conoció a Ariel, quien actualmente es su pareja.

Ariel le confesó que tampoco había revelado nunca su homosexualidad a nadie. Sin embargo, su relación fue diferente desde el principio. Marcelo decidió dejar de ocultarse cuando su amistad se transformó en algo más: desde el primer beso en la estación de Retiro hasta el deseo de compartir todas las festividades familiares en Buenos Aires y Rosario. Cuando nació el primer nieto de Marcelo, Ariel estuvo presente para compartir esa alegría

Marcelo cree que no es una coincidencia que Ariel haya aparecido en su vida y piensa que el Pela lo puso en su camino desde algún lugar. Hay muchas coincidencias y señales, pero, sobre todo, sabe que gracias a Ariel pudo aprender a vivir sin preocuparse por la opinión de los demás. Aún resuenan en su mente las palabras del Pela: “Deja que la vida te sorprenda, enano”. 

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