El mundo entero sigue batallando contra el virus Sars-Cov-2, mejor conocido como Covid-19, que hasta ahora ha ocasionado 106 millones de casos (casi el total de la población de México) y más de 2.3 millones de muertes.
La comunidad científica internacional ha manifestado su preocupación ante las mutaciones que sufre el Covid-19 y que ha ocasionado el surgimiento de nuevas variantes, como la B-117 o británica, cuya transmisión sería 30% más rápida que la de la cepa original.
Como si esto no fuera suficiente, el Ministerio de Salud de la República Democrática del Congo (anteriormente conocida como Zaire) anunció un nuevo brote de ébola al este del país; el caso se dio en una agricultora, cuyo marido falleció a causa del virus hemorrágico hace tres meses.
El virus del ébola es más peligroso que el Covid-19, puesto que tiene una letalidad del 50% en promedio. La enfermedad se transmite por vía aérea, por contacto directo con los fluidos de un enfermo y hasta por transmisión sexual. Desencadena episodios de vómito, diarrea, erupciones cutáneas y hemorragias tanto externas cómo internas.
Desde que los científicos lograron identificarlo, en 1976, el ébola ha estado confinado en África; los brotes en otros continentes han sido esporádicos y aislados. Entre 2018 y 2020, un brote en República Democrática del Congo le arrebató la vida a 2 mil 200 personas.