- 11 de septiembre de 2024
Un joven, de tan sólo 19 años, subió a una unidad del transporte público y despojó de su celular a una mujer; minutos después, los policías lograron detenerlo y tras subirlo a la patrulla, el asaltante hizo algo inaudito: comenzó a suplicar por el auxilio de su progenitora.
Alan, un joven de 19 años de edad, abordó una unidad del transporte público como cualquier pasajero. Unos minutos más tarde, se levantó de su asiento y empezó a amenazar a una mujer para que le entregara su celular, como esta puso resistencia, él la golpeó en repetidas ocasiones.
Como la mujer comenzó a gritar, no sólo llamó la atención del resto de los pasajeros y el chofer, sino también de otros transeúntes y hasta de unos policías. Alan descendió del autobús, corrió unas calles y hasta buscó pasar desapercibido con un cambio de ropa.
Todo fue en vano. Los policías dieron con él, lo sometieron para meterlo en un vehículo de la policía y así trasladarlo a una estación de vigilancia. Justo en ese momento, sentado en el asiento trasero de la unidad, Alan hizo lo que pocos ladrones al verse acorralado: llorar y pedir por su mamá.
Este curioso hecho tuvo lugar en la ciudad de Surco, Perú. Cuando la agredida reconoció a Alan, este empezó a lagrimear y a solicitar el auxilio de su mamá. Petición que los policías no aceptaron e igualmente fue trasladado a la comisaría.
La propietaria del celular aseguró que Alan portaba una camisa roja y tipo polo cuando la agredió, pero al descender de la unidad y salir corriendo, se la quitó para quedar en una camisa negra. Los uniformados encontraron el celular robado al interior de sus prendas.
El asaltante fue capturado por la oportuna respuesta de la policía de Surco y la ayuda de los vecinos, quienes lo delataron al ver descender de la unidad.
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