ATAQUE ANIMAL
Ana Karen sobrevivió de milagro a brutal ataque de tres pitbulls; trataba de proteger a su hijo
La mujer fue atacada por perros que sus vecinos dejaron sueltos; terminó con un brazo y una pierna destrozados.
El ataque que sufrió Ana Karen en la alcaldía Tláhuac no solo dejó heridas profundas en su cuerpo: también evidenció el abandono y la falta de responsabilidad de quienes tenían a tres perros pitbull viviendo en condiciones insalubres y sin supervisión. Hoy, la mujer no puede caminar, está en silla de ruedas y exige justicia.
La agresión se registró en la calle Traviata, en la colonia Miguel Hidalgo. Ana Karen salía de su casa acompañada de su hijo menor cuando los tres perros de sus vecinos, que merodeaban sueltos, salieron descontrolados. Ella sabía que no podía arriesgarlo, así que se interpuso.
La escena duró casi dos minutos, suficientes para dejarla al borde de la muerte. Según relató en el programa C4 en Alerta, conducido por el periodista Carlos Jiménez, uno de los animales la derribó y la arrastró mientras se aferraba a su brazo. En medio del ataque, Ana pensó lo peor: "me voy a morir, me van a matar estos perrros".
"No puedo mover la mano, los dedos, no sé que va a pasar con mi brazo", dijo.
Así sobrevivió Ana Karen
Mientras los perros mordían sin control, la sobrina de la víctima y una adulta mayor corrieron para auxiliarla. En su intento por salvarla, lanzaron agua, patearon muebles y destruyeron lo que encontraron con tal de separarlos. Finalmente lograron ahuyentarlos, pero el daño ya era devastador.
Ana quedó tendida en la calle, con heridas abiertas en brazos, piernas y torso. Fue trasladada de emergencia a un hospital, donde tuvo que someterse a varias cirugías. Aun así, los daños son irreversibles.
Secuelas permanentes y abandono institucional
Hoy, Ana apenas puede mover un brazo y una pierna. No tiene movilidad en la mano ni en los dedos, depende de una silla de ruedas y la despidieron de su trabajo. Los médicos advierten que podría enfrentar secuelas permanentes.
Para colmo, tuvo que dejar el hospital antes de completar su recuperación por los altos costos médicos que los dueños de los perros se han negado a cubrir. Lo único que hicieron fue llevar a los animales a una perrera.
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Pese a que los perros vivían sin medidas de seguridad, los propietarios se han negado a responder por la agresión. Ana también denuncia que la Fiscalía número dos de Tláhuac minimizó su caso, dejándola en un limbo legal pese a la gravedad de las lesiones.
Por eso, ahora pide que su caso no quede archivado y que los responsables enfrenten las consecuencias legales de haber dejado a los animales en total abandono.
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