- 04 de diciembre de 2025
Las pequeñas Sofía Camila y Natalia permanecen desaparecidas desde el 24 de noviembre; la familia exige justicia para Maritza.

El caso de Maritza Espino, una joven madre de 28 años hallada sin vida en Uruapan, ha conmocionado a Michoacán. Su asesinato destapó además una urgente búsqueda: la desaparición de sus dos hijas, Sofía Camila, de 6 años, y Natalia, de 4, cuyo paradero se desconoce desde hace más de una semana. La familia señala directamente al padre de las menores como responsable tanto del feminicidio como de la desaparición de las niñas.
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La Fiscalía General del Estado activó, el 1 de diciembre, la Alerta Amber correspondiente y difundió las fichas de búsqueda en distintas entidades del país. Las pequeñas fueron vistas por última vez el 24 de noviembre en el centro de Uruapan, fecha en la que Maritza también dejó de comunicarse con sus familiares.
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Violencia familiar
Diana Espino, hermana de la víctima y tía de las niñas, relató que el conflicto entre Maritza y su pareja, identificado como Luis Felipe D. G., se intensificó el 18 de noviembre, cuando ella decidió pedirle el divorcio tras nueve años de relación marcados por episodios de violencia. Maritza abandonó la casa acompañada de sus hijas; sin embargo, días después, Luis Felipe las retiró de su escuela sin autorización y las llevó nuevamente al domicilio donde él residía.
Según la familia, este hecho fue un intento de presión. Diana recuerda que su hermana recibió una videollamada en la que Luis Felipe presuntamente amenazó con un arma a la hija mayor para obligarla a regresar.
"Le dijo que si no volvía con ellos, les iba a hacer daño. Mi hermana se asustó; llamó a mi tía para pedir ayuda. Esa fue la última comunicación que tuvimos con ella", narró.
Los indicios señalan que Maritza acudió a la vivienda del agresor el 24 de noviembre con la esperanza de recuperar a sus hijas, pero nunca salió. El pasado sábado su cuerpo fue localizado en el Río Grande de la Ciénega, cerca de la avenida Camino Real a Santa Catarina. Su familia trasladó los restos a La Huacana, donde la despidieron entre reclamos de justicia.
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Diana lamenta que, pese a las denuncias y una orden de restricción iniciada por Maritza, las autoridades no actuaran con oportunidad. Afirma que su cuñado ejercía una fuerte manipulación sobre ella: controlaba sus redes sociales, la aisló de su familia y la obligó a abandonar la universidad.
"Había maltrato físico, psicológico y económico. Ella planeaba separarse, pero nunca la escucharon", dijo.
La Fiscalía confirmó que el feminicidio fue cometido por la pareja de Maritza y que las investigaciones ahora se enfocan en la localización de las hermanitas. "Todo indica la participación de la pareja sentimental. Trabajamos para encontrar a las menores", señaló el fiscal Carlos Torres.
Mientras tanto, la vivienda donde vivían Maritza, sus hijas y el señalado agresor permanece asegurada por la Policía Municipal como parte de las diligencias. La familia suplica que la búsqueda se acelere.
"No quiero darle a mi mamá otra mala noticia. Queremos que esas niñas regresen con nosotros y estén a salvo", pidió Diana.
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