- 04 de diciembre de 2025
La profesora Rosalba Espino Madrigal, de 61 años, perdió la vida dentro de la ESCOFIS tras desvanecerse repentinamente.

La rutina académica en el Centro de Torreón se vio abruptamente interrumpida este jueves, cuando una docente de 61 años murió dentro de un aula mientras impartía clase. El ambiente de normalidad se transformó en desconcierto entre alumnos y personal de la Escuela de Estudios Comerciales y Fiscales (ESCOFIS), ubicada sobre la calle Donato Guerra, muy cerca de la Alameda Zaragoza.
El incidente ocurrió poco después de las 9:20 de la mañana. De acuerdo con los primeros reportes, la profesora Rosalba Espino Madrigal comenzó a sentirse mal momentos antes de retirarse de su salón. Mientras caminaba hacia la salida, se desplomó de manera repentina, lo que generó un llamado inmediato de auxilio por parte de sus compañeros.
Paramédicos de la Cruz Roja y elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal fueron los primeros en llegar. A pesar de los intentos por reanimarla, solo pudieron confirmar que la docente ya no presentaba signos vitales.

Había manifestado malestar previo
Compañeros de la profesora relataron que, poco antes del desvanecimiento, la maestra expresó sentirse indispuesta. Esta señal de alerta, sumada a los antecedentes de enfermedades crónicas degenerativas, podría haber influido en el desenlace fatal.
Los testimonios señalan que el colapso ocurrió en un aula ubicada en el segundo piso del plantel.
El fallecimiento dentro de una institución educativa activó el protocolo correspondiente. Agentes de la Fiscalía General del Estado de Coahuila acudieron al sitio para realizar las primeras diligencias y tomar conocimiento del caso.
De manera preliminar, las autoridades informaron que la muerte se debió a causas naturales, específicamente un infarto agudo al miocardio. Sin embargo, para determinar la causa oficial, la Fiscalía ordenó el traslado del cuerpo al Servicio Médico Forense (Semefo), donde se realizará la necropsia de ley.
El suceso dejó un ambiente de profunda tristeza entre quienes compartían día a día con la profesora Espino Madrigal. La institución no suspendió actividades, pero el impacto emocional entre estudiantes y trabajadores marcó el resto de la jornada.
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