"Yo me enamoré": Emma Coronel revela cómo fue su relación con Joaquín "El Chapo" Guzmán

La figura de Emma Coronel siempre ha estado rodeada de especulaciones, silencios y mitologías mediáticas. Pero el nuevo documental Married to El Chapo: Emma Coronel Speaks (Casada con El Chapo: Emma Coronel habla) —estrenado en el canal estadounidense Oxygen— por primera vez permite que la propia pareja del capo reconstruya con detalle cómo fue convivir, querer y sobrevivir al lado de Joaquín Guzmán Loera.

Lo que surge no es sólo un retrato íntimo, sino una radiografía del poder, la desigualdad y la vida cotidiana en el epicentro del crimen organizado.

El vínculo entre ambos nace en un escenario que, para Coronel, era cotidiano: pobreza, ranchos desconectados del país y una economía sostenida por actividades ilícitas.

"Vivía en mi casa con mis papás, mis tres hermanos. No había agua potable, no había electricidad, y por supuesto que no había televisión. Estábamos realmente descomunicados del mundo", recuerda.

Esa desconexión explica por qué, a los 17 años, no sabía quién era ese hombre que se acercó a ella en una fiesta campesina: "Siempre que lo digo, dicen: ´No, ¿cómo no vas a saber? ¿Cómo no? Si salía en la tele´. ¡Yo no tenía tele! Carajo, pues, ¿dónde yo lo iba a ver?".

El cortejo: fiestas, helicópteros y un interés marcado por la diferencia de edades

Coronel relata que conoció a Guzmán cuando él tenía 50 años y ya vivía en la clandestinidad. Su primer acercamiento fue casi protocolario: "Escuché que estaba una persona importante en la fiesta a la que iba a ir. Me dijeron: ´Esa persona quiere bailar contigo´. Un señor. Y me dijo: ´Mi nombre es Joaquín´."

Ese primer encuentro detonó algo más persistente. El interés del capo se manifestó incluso en gestos que para cualquiera serían imposibles de ignorar.

Coronel recuerda el día en que la rutina del rancho se quebró por el ruido de las aspas de un helicóptero: "Un día, mi mamá, mis hermanos y yo, escuchamos que venía un helicóptero... Todo el mundo dice: ´Ay, qué padre. Joaquín fue a visitarte en un helicóptero, wow´. Y yo nada más pensando: ´Ya me volaste toda la ropa, ya me llenaste todo de polvo´".

A pesar del estruendo, insiste en que el capo llegó "en plan de amistad", preguntando por el concurso de la Feria del Café y la Guayaba en el que ella participaba. Con el tiempo, esos encuentros siguieron repitiéndose hasta que, como resume ella misma: "En alguna fiesta de esas fue cuando ya nos hicimos novios".

Un noviazgo marcado por la asimetría y la logística de un prófugo

Ya en una relación formal —que culminó en una boda simbólica celebrada en su rancho—, la cercanía con Guzmán implicó entrar en una rutina donde nada podía ser espontáneo. Ella lo describe sin rodeos: "Joaquín nunca fue a mi casa, los fines de semana me iba a la sierra con él". Sabía que era vigilada y que cualquier movimiento suyo podía poner en riesgo al líder del Cártel de Sinaloa.

"Sabía que era un blanco de seguimiento para encontrarlo u obtener información de él. Cuando me iba a la sierra a visitarlo tenía que dejar todos los teléfonos en mi casa... Las personas que se encargaban de manejar tenían sus técnicas".

Esa vida de traslados clandestinos implicaba cambios de vehículo, entradas y salidas por puertas traseras de comercios y viajes en avionetas que aterrizaban en pistas improvisadas: "Él tenía muchos amigos en Durango en diferentes ranchos, no hay aeropuertos, son pistas chiquitas clandestinas".

A veces podían verse durante una semana completa; otras, pasaban meses sin reencontrarse. Pese a lo complicado que era verse, Coronel asegura que terminó enamorándose.

"Siento que él fue el que llevaba la relación y yo nada más actuaba como una niña chiquita... Para él, yo era la mujer más hermosa del mundo. Pero pues, conforme fue pasado el tiempo, yo me enamoré", señaló.

La intimidad: telenovelas, enchiladas y la idea de una "vida normal"

Uno de los aspectos más llamativos del testimonio de Coronel es lo ordinaria que parecía la convivencia con el capo, más allá de la brutalidad del contexto que lo rodeaba. Según ella, las actividades eran caseras, casi domésticas. "Le gustaba mucho ver las novelas, la que más le gustó fue la de La Gaviota (Destilando amor)... él es muy cantor... siempre le ha gustado que le hiciera enchiladas".

Con el tiempo, esa normalidad se volvió parte de su rutina emocional: "Para mí esa era la vida normal, ahora me doy cuenta que no era normal".

También asegura que nunca presenció actos violentos: "Hasta ahorita, gracias a Dios, a mí no me ha tocado estar en ningún evento que digamos que me haya tocado ver a alguien que pierda la vida".

La fortuna que nunca vio y los silencios que hoy reconoce

Una parte central del documental aborda si Coronel sabía del alcance financiero del imperio criminal de Guzmán, una figura que Forbes llegó a colocar entre las grandes fortunas del mundo. Ella lo niega: "Nunca vi esas cantidades... Ni siquiera lo escuché mencionarlo, que las tuviera... También me gustaría que dijeran dónde está, porque yo nunca la vi (la fortuna)".

Coronel también admite que jamás preguntó: "¿Me pongo a cuestionarle de dónde me das el dinero para comer? ¿o cómo?".

El costo personal: familia detenida, juicio público y una máscara emocional

Su relato deja ver un reconocimiento tardío del impacto que esa relación tuvo en su vida y en la de su familia. "Si yo no me hubiera casado con él, mis papás y mis hermanos nunca hubieran ido a la cárcel".

La exposición mediática, considera, la obligó a endurecerse: "Me han dicho que parece como que no tuviera sentimientos... pero en ese tiempo yo sentí, para protegerme a mí misma, que era lo adecuado poner como una máscara".

Cuando habla de la relación, lo hace desde una distancia emocional: "No me brinda emoción por hablar de la boda ni hablar de mi vida, amor, no siento nada... mas que tristeza".

Asimismo señala que "cometió errores" en su relación con El Chapo Guzmán, sin embargo, asegura ya pagó por ellos: "no fui perfecta, pero ya pagué por mis errores, de lo que soy responsable es de lo que haga de aquí en adelante".

La posición de Emma frente a la figura del capo

Uno de los momentos más contundentes del documental es cuando Coronel marca su límite ante el juicio social sobre el narcotraficante: "Yo conviví mucho con él personalmente, yo tengo buenos recuerdos de él. Entonces, yo no puedo decir que Joaquín es malo... No estoy tratando de pintarlo como un ángel. No. Pero tampoco estoy diciendo que acepto o creo todo lo que las demás personas dicen".

También revela que nunca se refirió al capo con su alias: "Nunca lo llamé El Chapo, lo llamaba ´mi amor´".

La serie Casada con El Chapo: Emma Coronel habla se estrenó el 28 de noviembre a las 20:00 horas del Este de Estados Unidos y está disponible exclusivamente en el canal Oxygen, especializado en crímenes reales. Aunque no puede verse en todos los países, fragmentos del documental ya circulan ampliamente en redes sociales.

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