- 17 de noviembre de 2025
Gerardo Moya compartió clips desde una GMC Sierra gris poco antes de que un comando armado abriera fuego contra él y su copiloto.

Gerardo Moya, mejor conocido como El Jerry, mostró —sin saberlo— sus últimos minutos de vida en dos historias de Instagram publicadas desde el interior de una camioneta de lujo. Minutos después, él y su acompañante, Gustavo "N", serían ejecutados a plena luz del día en el sector Tres Ríos, una de las zonas más transitadas y vigiladas de Culiacán.
Sus historias, lejos de ser simples clips cotidianos, revelan el entorno, los hábitos y la estética que lo acompañaban: música ligada al mundo del narco, consumo de alcohol y una rutina de exposición constante en redes. Ese material quedó registrado ante sus más de 7,100 seguidores.

Las últimas historias: corridos, cerveza y una vida registrada en pantalla
El primer video, de unos 20 segundos, muestra a El Jerry y Gustavo relajados dentro de una GMC Sierra gris, vestidos de forma casual, con gorras y música a alto volumen. Entre ambos sobresalen latas de cerveza abiertas, un detalle que ya marcaba el tono del trayecto.
La cámara enfoca el tablero del vehículo, donde se reproduce "Cristina", de Edición Especial, un corrido con referencias directas al tráfico de droga. La letra elegida no pasó desapercibida:
"Soy mafioso fui importante, valorado entre los grandes, me tocó ver toneladas, aviones repletos de droga cruzaba a la unión americana (...)", se escucha.
Pocos minutos después, subió un segundo clip, más breve, pero igual revelador. En esta ocasión, el plano se queda en los asientos delanteros mientras Gustavo revisa su celular, rodeado nuevamente por latas de cerveza.
De fondo suena "Entre Pancho y Pancho", de Arley Pérez, un tema asociado a Los Ántrax, célula armada del Cártel de Sinaloa. En la grabación se distinguen versos como:
"Yo soy Pancho Arce, estoy para servirles, siempre y cuando ande franco yo en la empresa, porque es un honor para mí ser del virus que ataca a quien quiera hacer daño a MZ (...) Los antrax nos llaman y nos apodamos, el 5 y el 2 andan muy alterados".
El contenido encajaba perfectamente en la identidad digital del joven influencer: una mezcla de lujo, desmadre, música de corridos y estética vinculada a la narcocultura. En TikTok, donde superaba los 11,400 seguidores y acumulaba más de 900 mil "me gusta", solía publicar videos donde aparecían autos, fiestas, alcohol y amistades cercanas. Usaba subtítulos llamativos, frases cortas y siempre música del mismo estilo.
En Instagram, su perfil público apenas conservaba una fotografía posada en un escenario privado y moderno. Sin embargo, fuentes cercanas al caso señalan que mantenía una cuenta alterna y privada, donde sí compartía material más comprometededor: fotografías portando armas largas.
El ataque en Tres Ríos: disparos a 250 metros de la Fiscalía
El asesinato de Gerardo Moya no ocurrió en una zona aislada ni en condiciones clandestinas. Fue un ataque directo, ejecutado con precisión y en una de las áreas más visibles de Culiacán.
De acuerdo con reportes de medios locales —Noroeste, Los Noticieristas y Quadratin—, el ataque ocurrió alrededor de las 17:00 horas del domingo 16 de noviembre. El Jerry y Gustavo acababan de salir de un autolavado y retomaban el bulevar Enrique Sánchez Alonso a bordo de la GMC Sierra gris de modelo reciente.
A la altura del cruce con la calle José Ortiz de Domínguez, un vehículo Jetta con varios hombres armados los interceptó. Al menos cuatro atacantes descendieron y abrieron fuego con armas largas, soltando varias ráfagas contra la camioneta en movimiento. Todo esto sucedió a menos de 250 metros de las oficinas de la Fiscalía General del Estado de Sinaloa.
La magnitud del ataque desató pánico inmediato en la plaza comercial cercana: clientes y empleados se tiraron al suelo para protegerse, mientras comercios cerraban momentáneamente sus accesos. Testigos en colonias aledañas llamaron al 911 ante el estruendo de los disparos.
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La camioneta terminó inmóvil en pleno bulevar: motor encendido, palanca en drive, luces prendidas. Tanto el conductor como el copiloto murieron casi al instante, tras recibir impactos directos en la cabeza y en zonas vitales.
Minutos después llegaron elementos de la Sedena, policías estatales y municipales. Paramédicos de Cruz Roja confirmaron la muerte de ambos ocupantes. La escena quedó asegurada mientras peritos de la FGE levantaban decenas de casquillos de distintos calibres.
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