- 18 de abril de 2025
Con una columna cargada de estereotipos, el periodista Sergio Sarmiento calificó de "decadente" la presencia del pueblo en Paseo de la Reforma.

Una columna publicada por Sergio Sarmiento ha creado inconformidad en redes sociales, tras calificar como "Iztapalapización" la presencia de comercio popular en Paseo de la Reforma. El término, usado de forma despectiva, no solo refuerza estereotipos clasistas contra los habitantes de Iztapalapa, sino que pone en evidencia una visión excluyente de la ciudad, donde el espacio público sólo parecería pertenecer a las élites y no a la mayoría trabajadora que la habita.
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En su texto titulado "Iztapalapización", el periodista condena el crecimiento del comercio informal en una de las avenidas más importantes de la capital, asociándolo con desorden, suciedad y decadencia. Lo que ha causado enojo no es sólo la crítica al ambulantaje, sino la carga de desprecio social con la que se refiere a una de las alcaldías más pobladas de la Ciudad de México (CDMX).
"Quizá la nueva jefa de Gobierno está tratando de iztapalapizar la ciudad", escribió Sarmiento, aludiendo a Clara Brugada, exalcaldesa de Iztapalapa, como si extender lo popular fuera una amenaza.
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Para muchos, la frase no es una mera observación sobre el urbanismo, sino un insulto directo a los millones de personas que habitan en las periferias de la capital y que han sido históricamente marginadas del desarrollo económico, político y cultural del país. El artículo revive una vieja narrativa clasista que busca encerrar a los pobres fuera del "espacio elegante" y reforzar una frontera simbólica entre lo "decente" y lo "naco".
Una columna con desprecio al pueblo
Sarmiento menciona que antes Paseo de la Reforma era "la avenida más hermosa y señorial" de la ciudad, y que ahora está invadida por "puestos que ofrecen desde fayuca hasta garnachas". De inmediato se le cuestiono sobre lo que subyace en ese comentario, una asociación entre pobreza y fealdad, entre el comercio popular y la degradación urbana, entre lo indígena y lo indeseable.
Al señalar que mujeres con "vestimenta indígena" empezaron a vender productos en la vía pública, el periodista no oculta su incomodidad con la presencia de los sectores populares en zonas consideradas "de élite". Pero, como han señalado múltiples voces, lo que incomoda no es el desorden: lo que incomoda es el pueblo en el centro.
Reducir a Iztapalapa a una imagen de pobreza no solo es ignorante, es también profundamente discriminatorio. Con más de 1.8 millones de habitantes, esta alcaldía representa el corazón popular de la ciudad, una zona con raíces culturales, con una organización comunitaria reconocida y con una historia de lucha contra la marginación.
Brugada, exalcaldesa de la demarcación y ahora jefa de Gobierno, promovió una política de recuperación del espacio público a través del arte, la cultura y la participación social. No obstante, la columna de Sarmiento parece sugerir que cualquier rastro de lo popular, de lo que no encaja en la lógica del consumo de élite, contamina la estética "ideal" de la capital.
El clasismo como discurso de poder
Especialistas en temas urbanos y sociales han coincidido en que la columna de Sarmiento es un ejemplo claro de clasismo estructural: un discurso que valida la expulsión simbólica del pobre del espacio público, y que construye un ideal de ciudad donde sólo caben ciertos cuerpos, ciertos negocios, ciertos lenguajes.
En México, las ciudades han sido diseñadas históricamente para separar: lo bonito de lo feo, lo rico de lo pobre, lo blanco de lo moreno, lo formal de lo informal. Lo que molesta a ciertas voces no es el ambulantaje como fenómeno, sino que los pobres se hagan visibles donde antes eran invisibles.
El clasismo se multiplica: Quadri y "la iztapalapidización"
Tras la columna, figuras como Gabriel Quadri sumaron su voz con aún más virulencia:
"La CDMX en plena decadencia e Iztapalapización. El crimen organizado se apodera ahora del Paseo de la Reforma y la Alameda Central, y los invade con ambulantaje, cobrando derecho de piso y sobornando a funcionarios. Corrupción infinita y complicidad. Envilecimiento del espacio público y de la CDMX. Es la 4T...".
Por su parte, la doctora Marcela Saeb Lima calificó de: "La naquez del tianguismo. La ciudad más iztapalapidizada", esto para referirse al estilo de la ciudad en un video compartido por Brugada sobre el Mundial 2026.
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El verdadero debate que se abre con esta polémica es: ¿quién tiene derecho a estar en el centro? ¿Quién define qué es bello y qué es indeseable? ¿Por qué lo "elegante" solo puede ser lo blanco, lo caro, lo corporativo, lo gourmet? ¿Y por qué lo comunitario, lo callejero, lo popular, lo indígena y lo mestizo se considera "decadente"?.
Paseo de la Reforma es una avenida emblemática, sí, pero también debe ser un lugar donde todas las expresiones de la ciudad tengan cabida. La lógica de expulsar lo popular para "rescatar" el espacio es, en realidad, una forma de gentrificación simbólica: borrar al otro para que las élites se sientan cómodas.
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