CRIMEN ORGANIZADO
72 horas de terror para Los Chapitos; caen operadores clave y hay ejecuciones
En solo 72 horas, la facción de Los Chapitos perdió a cinco de sus operadores más cercanos entre ejecuciones y detenciones.
En apenas tres días, la facción de Los Chapitos vivió uno de los episodios más críticos desde su consolidación como poder autónomo dentro del Cártel de Sinaloa. Entre el domingo y el martes, cinco operadores clave fueron asesinados o detenidos en distintos puntos del país, exhibiendo una ofensiva coordinada que golpeó seguridad, logística, financiamiento y vínculos familiares del entorno más cercano de Iván Archivaldo Guzmán Salazar.
La secuencia de hechos no solo evidencia una presión institucional inédita, sino que también abrió un debate inquietante entre especialistas: ¿están siendo traicionados desde dentro o están entregando a sus propios cuadros para sobrevivir?
Ejecución en la Zona Rosa: el asesinato que encendió la alarma
El primer golpe ocurrió la noche del domingo en uno de los puntos más vigilados de la Ciudad de México. Óscar Noé Medina González, alias "El Panu", fue ejecutado dentro de un restaurante en la colonia Juárez, en plena Zona Rosa.
Considerado jefe de seguridad de Los Chapitos y uno de los hombres más cercanos a Iván Archivaldo Guzmán, Medina González tenía una recompensa de cuatro millones de dólares ofrecida por Estados Unidos. Su asesinato, cometido con una precisión quirúrgica, desató de inmediato sospechas de traición interna.
El analista en seguridad David Saucedo señaló en entrevista con Radio Fórmula que Estados Unidos identificó a un comando enviado por Ismael Zambada Sicairos, "Mayito Flaco", como responsable del ataque, en el contexto de la disputa entre Los Chapitos y La Mayiza.
Por su parte, el periodista Óscar Balderas advirtió en Milenio Televisión que no se trató de una operación oficial de inteligencia, sino de una filtración desde el círculo más cercano del propio Medina González, lo que colocó a la organización frente a un escenario de fractura interna.
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¿Quién era "El Panu", el hombre que protegía a Los Chapitos?
Para autoridades mexicanas y agencias estadounidenses, "El Panu" era uno de los mandos operativos más relevantes dentro de la estructura de Los Chapitos. Su función no se limitaba a la escolta de líderes: coordinaba células armadas, supervisaba personal operativo y respondía ante amenazas internas y externas.
Investigaciones federales lo ubicaban como enlace entre mandos regionales y la estructura central, con poder de decisión sobre movimientos de personal armado, vigilancia de zonas estratégicas y control territorial, principalmente en el noroeste del país.
Tras la caída de otros jefes de seguridad en años recientes, Medina González había fortalecido su posición hasta convertirse en objetivo prioritario para México y Estados Unidos. En cortes federales estadounidenses enfrentaba acusaciones por conspiración para el tráfico internacional de drogas sintéticas —principalmente fentanilo—, delincuencia organizada, lavado de dinero y posesión de armas de uso exclusivo del Ejército.
El cuerpo en Culiacán: otro operador de alto nivel eliminado
Un día después del asesinato de "El Panu", la violencia alcanzó directamente el corazón de Sinaloa. La noche del lunes fue localizado en Culiacán el cuerpo de Alan Gabriel Núñez Herrera, operador logístico de Los Chapitos y uno de los fugitivos más buscados por la DEA.
El cadáver, atado de manos y con impactos de arma de fuego, fue hallado en la banqueta del bulevar Alfonso Zaragoza Maytorena, en el fraccionamiento Bonanza, sector Tres Ríos, a unos metros del Palacio de Gobierno estatal, una de las zonas con mayor vigilancia en la capital sinaloense.
Familiares identificaron el cuerpo ante el SEMEFO, confirmando que se trataba de uno de los principales operadores de la facción liderada por Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
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Alan Gabriel Núñez: el abastecedor de fentanilo que buscaba la DEA
La Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos ofrecía hasta un millón de dólares por información que llevara a la captura de Núñez Herrera, de 32 años. Desde abril de 2023 figuraba en la lista de los más buscados tras una acusación del Departamento de Justicia por tráfico de drogas sintéticas, posesión de armas, dispositivos destructivos y lavado de dinero.
Según la DEA, Núñez coordinaba envíos de pastillas y polvo de fentanilo hacia Estados Unidos, principalmente mediante intermediarios en California. Entre octubre y noviembre de 2022, suministró cerca de 20 mil pastillas y cinco kilogramos de polvo a un co-conspirador que vendió la droga a un agente encubierto.
En marzo de 2023, negoció entregas adicionales, incluyendo una operación en Los Ángeles donde se incautaron nueve kilogramos de fentanilo, lo que derivó en una acusación formal del Distrito Sur de Nueva York.
El perfil criminal de Núñez Herrera iba más allá del tráfico de drogas. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) lo identificó como parte de una red de lavado de dinero que utilizaba la venta de celulares, servicios de comida y ropa para blanquear recursos ilícitos en ciudades como Culiacán, Mazatlán, Cancún y San Luis Río Colorado.
Su asesinato, ocurrido horas después del homicidio de "El Panu", reforzó la narrativa de una purga interna o un ajuste violento en plena reconfiguración del grupo.
Capturan a "El Pollo", jefe de Los Jordan
El martes, la ofensiva continuó con un operativo federal en Mazatlán, Sinaloa. Ahí fue detenido Carlos Gabriel Reynoso García, alias "El Pollo", líder de la célula armada Los Jordan, junto con Jesús Arturo Dávalos Valenzuela.
Reynoso García, de 37 años, contaba con al menos tres órdenes de aprehensión por homicidio calificado. Durante su captura, las autoridades aseguraron dos armas, 51 cartuchos útiles, una bolsa con mariguana y equipos de radiocomunicación y telefonía.
Los Jordan operan como brazo armado de Los Chapitos en Sinaloa y son señalados por su participación en homicidios, tráfico de drogas y tareas logísticas.
El golpe más sensible: cae la familia política de Iván Archivaldo
El ataque más profundo llegó en Zapopan, Jalisco. En dos cateos coordinados, fuerzas federales detuvieron a Mario Alfredo Lindoro Navidad, alias "El 7", cuñado de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, y a Mario Lindoro Elenes, alias "El Niño", su suegro.
Ambos eran considerados operadores financieros clave. Su labor consistía en la reinversión de utilidades, el blanqueo de capitales y la búsqueda de nichos para insertar recursos ilícitos en la economía formal, principalmente en Guadalajara y otros puntos estratégicos del país.
Durante los operativos se aseguraron drogas, armas, vehículos de alta gama, equipos de comunicación y dinero enefectivo, debilitando directamente el aparato financiero del grupo.
"No pueden ser casualidad": traición o entrega
Analistas como Óscar Balderas plantearon dos escenarios tras la cadena de asesinatos y capturas: una traición masiva desde el interior o la entrega deliberada de cuadros clave como parte de una negociación mayor.
"La detención del suegro y cuñado de Iván Archivaldo, además de la traición/asesinato contra "Panu", no pueden ser casualidad. O Los Chapitos están siendo traicionados a mansalva o están entregando a su gente a cambio de una negociación", escribió Balderas en X.
David Saucedo añadió que los cárteles funcionan como estructuras familiares cerradas, por lo que perder a operadores políticos y financieros rompe el corazón del negocio.
EU celebra los golpes y refuerza la narrativa binacional
El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, celebró públicamente las detenciones en Zapopan y destacó su impacto directo en la estructura criminal.
"Estas detenciones del Gobierno de México golpean directamente la estructura y el financiamiento de uno de los principales cárteles. Debilitan su capacidad de dañar a nuestras comunidades y demuestran que Estados Unidos y México logran más cuando trabajan juntos como socios soberanos contra las organizaciones criminales. La justicia prevalecerá", afirmó.
Las acciones, respaldadas por la SSPC, la FGR y la Sedena, marcan uno de los momentos de mayor presión contra Los Chapitos, una facción que, acorralada, ya estaría buscando alianzas impensables hasta hace poco, incluido el acercamiento con el CJNG, el principal beneficiado del debilitamiento del clan Guzmán.
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