- 06 de diciembre de 2025
Aunque eran una de las duplas más queridas, Los Polivoces decidieron separarse en su mejor momento. Esta es la verdadera razón.

Por más de una década, Eduardo Manzano y Enrique Cuenca hicieron reír a México como Los Polivoces, una mancuerna que se volvió referencia obligada en la televisión nacional.
Su humor, su capacidad para transformarse en decenas de personajes y la química que exhibían en pantalla los convirtieron en íconos que trascendieron generaciones. Pero detrás del éxito hubo una historia poco contada: la separación que sorprendió al público justo cuando vivían su mejor momento.
Dos talentos que se encontraron por casualidad
La historia del dueto comenzó en 1950, cuando ambos participaron en un concurso de imitadores. Lejos de competir, decidieron unir talentos sin imaginar que aquel acuerdo improvisado los llevaría a protagonizar uno de los programas más influyentes de la comedia televisiva.

Antes de tener su propio espacio, aparecieron como invitados en programas como Sonrisas Colgate y Farmacia de Televicuento. Su destreza para crear personajes, desde abuelitas tiernas hasta policías despistados, los colocó rápidamente en el gusto del público. Con ese impulso, Televisa les dio su propio show: Los Polivoces.
Transmitido de 1970 a 1976, el programa se convirtió en un fenómeno cultural. Personajes como Chano y Chon, Gordolfo Gelatino, Doña Naborita o Los Caquitos quedaron grabados en la memoria colectiva. También incursionaron en cine, formando parte de películas como Agarrando parejo, Tres kilómetros de amor, ¡Ahí madre! e Hijazo de mi vidaza.
La separación que nadie entendió
Cuando el dueto parecía inquebrantable, anunciaron su separación sin ofrecer detalles, lo que desató rumores: tensiones entre sus esposas, diferencias creativas o incluso un pleito personal. La verdadera razón se conocería décadas después.
En entrevistas, Eduardo Manzano explicó que la distancia comenzó cuando Enrique Cuenca se dejó influenciar por halagos externos: "En aquel tiempo se dejó llevar por el aplauso de sus amigos", recordó. La presión profesional también jugó un papel importante, pues Manzano reconoció que él mismo exigía cada vez más a su compañero.
"Por mi culpa me dijo: ´Vamos a tomar un receso´. Fue una tontería, lo califico así", confesó. Aunque ambos acordaron tomarse un tiempo para reflexionar, la pausa terminó siendo definitiva para el proyecto.

Caminos separados y un reencuentro que no logró revivir la magia
Tras la ruptura, cada uno exploró nuevos proyectos. De acuerdo con Manzano, Cuenca logró formar un nuevo elenco más rápido, mientras él tardó en decidirse a trabajar con otro equipo. Aun así, ambos encontraron caminos exitosos: Manzano lanzó El show de Eduardo II, y Cuenca consolidó nuevas colaboraciones.
A finales de los ochenta se reencontraron para hacer comerciales y filmaron la película Los Polivoces 88. Pero la sinergia que los caracterizó en los setenta ya no volvió a tomar la misma fuerza.

Aunque el dueto nunca retomó formalmente su vieja fórmula, ambos conservaron una relación cercana. Manzano relató que acompañó a Cuenca hasta sus últimos días: "Nos quisimos de verdad como hermanos porque compartimos muchísimas cosas juntos".
Enrique Cuenca falleció el 29 de diciembre del 2000, a los 60 años, tras complicaciones derivadas de insuficiencia renal. Eduardo Manzano murió el 5 de diciembre de 2025, a los 87 años.
El legado que dejaron Los Polivoces
Hoy, su trabajo sigue vivo en la memoria colectiva y en reposiciones, recopilaciones y homenajes. Su influencia marcó a generaciones de comediantes y consolidó una época dorada en la televisión mexicana.
Más allá de la separación, Los Polivoces dejaron un legado de creatividad, sátira, personajes inolvidables y una muestra de que la comedia, cuando se hace con pasión, puede convertirse en parte del ADN cultural de un país.
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