- 01 de noviembre de 2025
Desde cultos y sectas hasta fantasmas y violencia urbana, estas cinco películas mexicanas muestran cómo el terror puede ser espejo de nuestra sociedad y tradiciones.

El Día de Muertos no solo es una celebración para honrar a quienes ya partieron; también es una fecha que nos invita a mirar de frente lo sobrenatural, a convivir con lo que asusta y a encontrar belleza en lo macabro.
Y si algo ha sabido hacer el cine mexicano a lo largo de las décadas es transformar el miedo en arte. Desde los horrores clásicos de los 70 hasta los relatos contemporáneos que exploran el cuerpo, la violencia o la infancia perdida, nuestras películas de terror no solo buscan asustar, sino también decir algo sobre quiénes somos.
Aquí reunimos cinco películas mexicanas que te pondrán la piel de gallina este Día de Muertos, cada una con su propio tipo de horror: desde lo místico y lo social hasta lo visceral y lo emocional.
Ganadora en Tribeca y reconocida en los Ariel, Huesera es una de las películas más impactantes del nuevo cine de terror mexicano. La historia sigue a Valeria, una mujer embarazada que comienza a sufrir horrorosas visiones mientras su cuerpo y su entorno se deforman bajo el peso de la maternidad.
Garza Cervera combina el horror corporal con un poderoso subtexto feminista: la presión social, la culpa y la imposición de los roles tradicionales se transforman en auténticas pesadillas. No es solo una historia de miedo, sino un retrato sobre lo que significa ser mujer en un sistema que exige sacrificios.
Disponible en: Amazon Prime Video
Somos lo que hay (Jorge Michel Grau, 2010)
Este clásico contemporáneo llevó el terror mexicano a otro nivel. Tras la muerte del patriarca de una familia caníbal, sus hijos deben continuar con los rituales que los mantienen con vida.
Grau explora el hambre —física y simbólica— de los marginados en la Ciudad de México, donde el horror nace tanto de la violencia como de la pobreza. Oscura, seca y profundamente urbana, Somos lo que hay se aleja del susto fácil para ofrecer un retrato brutal de una familia que devora, literal y metafóricamente, a una sociedad que ya los había devorado antes.
Disponible en: No se encuentra en plataformas.
Desaparecer por completo (Luis Javier Henaine, 2023)
Dirigida por Luis Javier Henaine, esta película sigue a Santiago, un fotógrafo de nota roja que comienza a perder sus sentidos tras un encuentro con la brujería en Ciudad de México. Con un suspenso creciente y un horror psicológico que juega con los sentidos del espectador, la película explora hasta dónde puede llegar alguien para salvarse a sí mismo, mezclando terror con dilemas éticos y sobrenaturales.
Disponible en: Netflix
Alucarda, la hija de las tinieblas (Juan López Moctezuma, 1977)
Considerada una joya del cine de culto, Alucarda es una mezcla de erotismo, satanismo y estética gótica que marcó una época. Ambientada en un convento, la historia sigue a dos jóvenes que se ven atrapadas en un torbellino de posesiones y fanatismo religioso.
Su tono excesivo, su fotografía cargada y su crítica a la represión moral la convirtieron en una obra adelantada a su tiempo. Décadas después, Alucarda sigue siendo una experiencia hipnótica y salvaje: una de las películas más transgresoras que ha dado el terror mexicano.
Disponible en: Amazon Prime Video
Vuelven (Issa López, 2017)
Ganadora de múltiples premios internacionales y alabada por Guillermo del Toro, Vuelven mezcla el realismo mágico con el horror. Narra la historia de Estrella, una niña que vive en un país devastado por la violencia y que recibe tres deseos sobrenaturales tras la muerte de su madre.
Issa López convierte el miedo infantil en metáfora del trauma colectivo. En su universo, los fantasmas no son solo los muertos, sino también los vivos que sobreviven a la guerra del narco. Vuelven es una fábula dolorosa y poética que demuestra que el terror mexicano también puede conmover.
Disponible en: Claro Video / Apple TV
El terror como espejo de México
Estas cinco películas confirman que el terror hecho en México no depende del susto, sino de la mirada. Cada una revela un miedo distinto: el cuerpo, la familia, la desaparición, la fe y la violencia cotidiana. En un país donde la muerte es parte de la identidad, el cine la transforma en arte y en resistencia.
Este Día de Muertos, vale la pena dejar que los fantasmas, reales o simbólicos, toquen a la puerta de la pantalla. Porque en México, el terror no se inventa: se vive.
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