- 10 de septiembre de 2025
El documental de HBO ´Marcial Maciel, El Lobo de Dios´ revela el día en que los Legionarios de Cristo planeaban asesinar a Marcial Maciel

Marcial Maciel fundó en 1941 a los Legionarios de Cristo, una congregación católica que rápidamente acumuló poder, influencia y fortuna gracias a donaciones y redes empresariales en México, Estados Unidos y Europa. Con colegios, universidades e inversiones multimillonarias —algunas incluso vinculadas a la industria pornográfica—, el imperio financiero construido por Maciel se calculaba en cientos de millones de dólares.
Sin embargo, detrás de esa fachada de santidad y éxito, se escondía lo que el documental de HBO "Marcial Maciel, El Lobo de Dios" describe sin titubeos: "el mayor depredador sexual de la Iglesia católica y, a la vez, su más hábil recaudador de fondos".
Los abusos encubiertos durante décadas
A partir de los años 50 comenzaron a presentarse denuncias contra Maciel por abusos sexuales a seminaristas y menores. Pero su poder económico y político lo blindaba. Carmen Aristegui resume en la docuserie la magnitud de su protección: "La relación de Maciel con el Vaticano fue absolutamente poderosa para que la figura de Maciel fuera intocable."
Incluso al interior del clero había desconcierto. El periodista Jason Berry, autor de Votos de silencio, lo plantea así:
"Juan Pablo II dijo ´no hay lugar en la Iglesia para aquellos que abusan de niños´. También dijo: ´Debemos ser compasivos y perdonar´. Bueno, ¿cuál es el estándar? ¿Vas a perdonar a estos sacerdotes abusadores o los vas a echar de la Iglesia?"

El seguimiento secreto: el detective detrás de Maciel
Con la llegada de Benedicto XVI y el inicio de investigaciones internas, algunos Legionarios comenzaron a dudar del fundador. Según el testimonio de la periodista Idoia Soto:
"Lo que Marcial Maciel no sabía es que los Legionarios de Cristo habían puesto un abogado a trabajar con un detective que seguía a Marcial Maciel en sus viajes por el mundo. Ahí pudieron ver que viajaba en Concorde, se alojaba en hoteles de cinco estrellas y viajaba a Tailandia para abusar de niños que estaban en la prostitución."
Los reportes de este detective revelaron que el escándalo era aún más grande de lo que se imaginaba y que su caída arrastraría consigo a toda la congregación.

El día que hablaron de matarlo
Fue en medio de esas conversaciones internas que se planteó la idea más extrema. La misma periodista Idoia Soto lo recuerda en el documental:
"El problema al que se enfrentaban era de tal magnitud que no sabían cómo abordarlo. Y en una de estas conversaciones de cómo abordamos esto, la idea que se habló fue: ´¿y si matamos al padre?´"
La frase resume la desesperación de una congregación que veía en su líder no sólo a un abusador expuesto, sino a un riesgo para la supervivencia de la orden.

El retiro forzado y la caída
Aunque la idea de asesinarlo nunca se ejecutó, la presión del Vaticano terminó por arrinconarlo. Un Legionario anónimo relata:
"Nuestro superior no tiene la fuerza para encararse con Marcial Maciel, es el vicario de los Legionarios el que se encara con él, lo detiene y le dice: ´O usted de verdad se retira a una vida de oración o vamos ya a dar a conocer la verdad de su vida.´"
Se le retiró la tarjeta de crédito y los 20 mil dólares mensuales que recibía, y se le permitió escoger su lugar de retiro. Maciel optó por una mansión en Jacksonville, Florida, valuada en 1.8 millones de dólares.

La muerte entre exorcismos y silencios
En 2008, enfermo de cáncer de páncreas, Maciel murió sin arrepentirse ni confesar sus crímenes. Juan Vaca, uno de los ex legionarios abusados, lo sintetiza: "Se negó a recibir la absolución de sus pecados, no quiso confesarse y logró morir como fue: ateo, apóstata, renegado."
Según testimonios recogidos por la periodista Idoia Soto, algunos Legionarios llegaron incluso a llamar a un exorcista en sus últimos días porque lo consideraban poseído.

El legado incómodo
La muerte de Maciel no detuvo la crisis. Como recuerda el periodista Emiliano Ruiz Parra: "Aun con la muerte de Maciel, los Legionarios consiguen que se siga venerando a su figura. Pero es con el descubrimiento de Norma y de Normita que ya se rompe el dique, que ya es imposible tapar el sol con un dedo."
Hoy, según testimonios anónimos de miembros de la congregación, su nombre ha quedado borrado de la memoria oficial: "Hoy por hoy no se habla de nuestro padre fundador en nuestras comunidades. Hoy no hablamos de nuestro fundador para nada. Hoy no comentamos nada de su vida. Ha quedado completamente en el olvido."
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