- 19 de julio de 2025
Un albergue, ubicado en el Edomex, resiste a las extorsiones del CJNG, robo de policías y el abandono del Estado.

Por años, Pergatuzoo fue un refugio para miles de animales rescatados del maltrato y el abandono. Ubicado en Villa Nicolás Romero, Estado de México, este albergue comunitario ha salvado a más de 2 mil seres vivos: perros, gatos, caballos, aves, cerdos, tortugas y hasta peces.
Sin embargo, desde marzo de 2024, su labor se convirtió en una lucha por sobrevivir. No solo contra la escasez de recursos, sino contra una amenaza que parece sacada de una pesadilla: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Los responsables del albergue han denunciado públicamente que miembros de este grupo criminal les exigen pagos mensuales de 50 mil pesos a cambio de permitirles seguir operando. La amenaza es directa: si no pagan, quemarán el lugar y matarán a los animales.
De la "cuota de estacionamiento" al derecho de piso
Las amenazas comenzaron con una supuesta cooperación: 50 pesos para permitir estacionarse frente al albergue. Parecía una molestia menor, pero en cuestión de semanas, se transformó en una extorsión a gran escala. Primero fueron 25 mil pesos, luego la cifra subió a 50 mil. Los agresores dijeron pertenecer al CJNG y dejaron claro que estaban coludidos con la policía municipal.
Lo que comenzó como una extorsión localizada escaló rápidamente: familiares de la fundadora del albergue fueron interceptados en junio en la alcaldía Venustiano Carranza, en Ciudad de México. Ahí también los amenazaron.
Pedir ayuda a la policía, otra tragedia
La situación se volvió aún más absurda cuando buscaron apoyo institucional. Tras la persecución en CDMX, los familiares acudieron a elementos policiacos esperando protección. Lo que recibieron fue saqueo.
Policías capitalinos les confiscaron alimentos donados para los animales: sacos de comida para perro, gato, gallinas y otras especies, junto con insumos básicos. También les quitaron pertenencias personales como un anillo, una cadena y una pulsera de oro. El valor de lo robado supera los 20 mil pesos. La denuncia fue presentada ante la Fiscalía, pero no se ha informado de ninguna sanción o restitución.
Los elementos policiacos, en vez de actuar contra los extorsionadores, se llevaron todo y desaparecieron. La comida jamás fue devuelta. "Nos sentimos más amenazados por las autoridades que por el propio cártel", aseguran los integrantes del refugio.

El grito por ayuda: "Devuelvan las croquetas"
Pergatuzoo no recibe apoyo del gobierno. Se sostiene gracias a donaciones ciudadanas que, en este contexto, también están bajo asedio. La campaña "Justicia para Pergatuzoo. Devuelvan las croquetas" busca visibilizar la gravedad del caso, exigir la devolución de los alimentos robados por la policía y hacer presión para que las autoridades tomen medidas reales.
Han hecho llamados directos a la jefa de Gobierno de CDMX, Clara Brugada, y a la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez. También al ayuntamiento de Nicolás Romero. Pero hasta ahora, dicen, nadie ha respondido con acciones concretas. "Nos sentimos solos", denuncian.
El caso de Pergatuzoo refleja la profunda vulnerabilidad que enfrentan las organizaciones civiles en México, incluso aquellas dedicadas a causas nobles como el rescate animal. Perseguidos por criminales, ignorados por los gobiernos y saqueados por policías, los responsables del albergue enfrentan una situación límite.
La pregunta que queda en el aire es: ¿quién protege a los que protegen? Mientras tanto, los ladridos, los relinchos, los maullidos y los cantos de aves siguen sonando en el albergue. No por tranquilidad, sino por miedo.
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