¡A votar!: Así fueron las primeras elecciones en México

La historia democrática de México comenzó formalmente en agosto de 1824, cuando se llevaron a cabo las primeras elecciones federales en el país. Tras años de luchas independentistas y la renuncia del emperador Agustín de Iturbide, el naciente Estado mexicano necesitaba establecer un sistema político legítimo, representativo y funcional. 

Así, ese año marcó un antes y un después en la historia nacional: por primera vez, los mexicanos votaron para elegir a su presidente.

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Este acontecimiento fue posible gracias a la entrada en vigor de la primera Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, que estableció un sistema de gobierno republicano, federal y representativo, descartando así cualquier posibilidad de un nuevo imperio.

El contexto de un México independiente

México había conseguido su independencia de España en 1821, pero el nuevo país enfrentaba incertidumbre política. Agustín de Iturbide, quien fue proclamado emperador, terminó abdicando debido al rechazo popular y a la presión política. El país quedó entonces bajo un gobierno provisional llamado el Supremo Poder Ejecutivo, integrado por figuras como Pedro Celestino Negrete, Mariano Michelena y Miguel Domínguez, posteriormente sustituido por Nicolás Bravo.

Durante este periodo provisional (1823-1824), se organizó la estructura legal y política que permitiría celebrar elecciones libres, y fue así como se planificaron los primeros comicios nacionales.

¿Qué cargos se eligieron?

Las primeras elecciones federales de México no se limitaron a elegir al presidente. También se votaron otros cargos fundamentales para establecer el nuevo gobierno constitucional:

• Presidente de la República: electo por un periodo de cuatro años, sin posibilidad de reelección inmediata.
• Vicepresidente de la República: elegido indirectamente, era el segundo candidato con más votos presidenciales.
• 38 senadores: dos por cada estado, electos por los congresos locales, también por cuatro años (solo en esta ocasión).

Aunque la toma de posesión del primer gobierno estaba planeada para el 1 de enero de 1825, el Congreso Constituyente adelantó la fecha al 10 de octubre de 1824, para poner fin al gobierno provisional.

Guadalupe Victoria: El primer Presidente electo

El vencedor de las primeras elecciones fue Guadalupe Victoria, cuyo nombre completo era José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix. Como representante del Partido Liberal, obtuvo el 78.95% de los votos. Su contrincante fue Nicolás Bravo, del Partido Conservador, quien quedó en segundo lugar y, según el sistema establecido, fue nombrado vicepresidente.

Guadalupe Victoria tomó posesión en el Palacio Nacional el 10 de octubre de 1824, convirtiéndose en el primer presidente constitucional y democráticamente electo de México. Su mandato duró hasta el 31 de marzo de 1829, y a pesar de las dificultades económicas, es recordado por su honestidad, su lucha por la soberanía nacional y la abolición de la esclavitud.

El significado de estas elecciones

Las elecciones de 1824 representaron mucho más que un simple ejercicio político. Fueron el símbolo del nacimiento de una nación soberana con la capacidad de autogobernarse y elegir a sus autoridades. Estas elecciones consolidaron la estructura del nuevo país y sentaron las bases del sistema político actual.

No obstante, es importante mencionar que estas elecciones excluyeron a las mujeres. El derecho al voto femenino no se reconocería sino hasta 1953, y las mujeres no participaron en una elección federal hasta el 3 de julio de 1955, más de 130 años después de la elección de Guadalupe Victoria.

Principales aportaciones del Gobierno de Guadalupe Victoria

Durante su presidencia, Guadalupe Victoria enfrentó retos colosales en un país en plena reconstrucción. Entre sus aportaciones más destacadas están:

• La abolición de la esclavitud en México.
• La creación del Distrito Federal como sede de los poderes de la nación.
• La fundación de la Tesorería General de la Nación.
• El establecimiento de relaciones diplomáticas con potencias extranjeras como Estados Unidos, Gran Bretaña y varias naciones de Centroamérica.
• La defensa activa de la soberanía nacional, incluso después de su mandato.

A pesar de sus logros, Victoria se retiró de la vida pública en 1829 a su hacienda en El Jobo, aunque volvería a participar esporádicamente para defender los intereses del país.

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Hoy, a dos siglos de distancia, cada elección es un recordatorio de ese primer momento en el que los ciudadanos mexicanos, por primera vez, tomaron en sus manos el destino del país.

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