- 25 de marzo de 2025
La imagen del papa Francisco lo muestra sin cánulas nasales pero con una mano muy hinchada.

La enfermedad del papa Francisco, como suele suceder con la desaparición por motivos de salud de figuras famosas, generó -y sigue generando- discusiones públicas y privadas. Que si es Francisco, que si no es Francisco, que si el papa murió hace semanas y lo están escondiendo, que si está vivo pero grave...
La fotografía de Francisco difundida por el Vaticano el domingo 16 de marzo lo que ha hecho es alimentar los comentarios. En situaciones como esta, hay una mirada a lo evidente y otra mirada a lo que, tal vez, no se observa a simple vista.

Lo visible y lo invisible
- En la imagen se observa a Francisco de espaldas. Esto puede interpretarse como la decisión de respetar su intimidad como paciente. Pero también, como que no está en condiciones de ser fotografiado de frente, puesto que ha sido sometido a distintas terapias.
- La fotografía muestra la mano derecha del papa. Pero esa mano derecha está muy hinchada, lo que sugiere que el tratamiento al que ha sido sometido -posiblemente esteroides, entre otros fármacos- ha tenido otras consecuencias.
- El Sumo Pontífice está sentado en una silla de ruedas. Esto podría indicar que no está de condiciones de dar un paso por sus propios medios, o que ha estado tanto tiempo en cama que se ha debilitado en extremo.

El contexto
Sin duda alguna que esta fotografía es un hito en el caso del papa, ya que es la única que lo ha mostrado desde que fue recluido en el Hospital Gemelli de Roma por bronquitis que se complicó con una neumonía bilateral.
Los médicos tratantes mantuvieron la premisa de que Francisco estaba en condiciones delicadas de salud y con pronóstico reservado, porque tiene 88 años, carece de la movilidad que lo ayudaría a superar cualquier condición y, además, perdió parte de un pulmón en su juventud.
El pasado sábado 15, la oficina de prensa de la Santa Sede informó que "las condiciones clínicas del Santo Padre permanecen estables, confirmando los progresos mostrados en la última semana. La oxigenoterapia de alto flujo continúa, reduciendo gradualmente la necesidad de ventilación mecánica no invasiva por la noche".
También se aclaró que el Santo Padre "requiere aún terapia médica hospitalaria, fisioterapia motora y respiratoria; estas terapias, por el momento, muestran una nueva mejoría gradual".