- 01 de octubre de 2024
La lucha por la justicia y la igualdad en el deporte se intensifica tras la brutal pelea en París 2024, la mexicana recuerda la vez que peleo contra Khelif
Tras la polémica que envuelve a la categoría de boxeo olímpico femenil en los Juegos Olímpicos de París 2024, ha salido al tema la pelea pasada entre la argelina Imane Khelif y la mexicana Brianda Tamara Cruz, encendiendo el debate mundial sobre la elegibilidad y las regulaciones de género en el boxeo olímpico, destacando las tensiones y controversias que rodean a las atletas con condiciones hormonales atípicas.
El reciente enfrentamiento entre Imane Khelif, de Argelia, y la italiana Angela Carini en los Juegos Olímpicos de París 2024 fue solo el comienzo de una serie de controversias que han sacudido el mundo del boxeo femenino. Apenas habían pasado unos minutos de la pelea cuando Carini, tras recibir un golpe devastador, decidió abandonar el combate, otorgándole a Khelif una rápida y contundente victoria. Esta derrota generó una ola de críticas y cuestionamientos, especialmente en Italia, sobre la elegibilidad de Khelif para competir en la categoría femenina.
La polémica en torno a Khelif no es nueva. La boxeadora mexicana Brianda Tamara Cruz ha sido una de las voces más críticas tras su enfrentamiento con Khelif en las Finales de la Golden Belt Series en Guadalajara a finales de 2022. Cruz, quien sufrió una severa golpiza, expresó su preocupación por la disparidad en la competencia debido a las características físicas de Khelif.
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"Cuando peleé con ella, lo sentí fuera de mi alcance. Sus golpes me lastimaban como nunca antes. Ni siquiera en mis sparrings con hombres me había sentido así. Gracias a Dios, ese día bajé del ring en una pieza, y qué bueno que por fin se dieron cuenta de esta situación", declaró Cruz.
Las declaraciones de Cruz, que también compartió en sus redes sociales tras la descalificación de Khelif del Mundial Amateur 2023, reflejan la creciente preocupación entre las atletas sobre la equidad en el deporte. La Asociación Internacional de Boxeo había revelado que varios deportistas intentaron engañar a sus compañeras presentándose como mujeres.
La controversia alrededor de Khelif se centra en sus exámenes médicos previos a los Juegos Olímpicos, que revelaron altos niveles de testosterona y la presencia de un cromosoma XY. Estas características llevaron a muchos a cuestionar su elegibilidad para competir en la categoría femenina. Sin embargo, se desmintió que Khelif sea una persona transgénero. En realidad, ella padece una condición llamada hiperandrogenismo, que le confiere un aspecto más masculino.
No es el único caso que ha generado controversia en París 2024. La boxeadora taiwanesa Lin Yu-ting también ha sido objeto de debate debido a sus elevados niveles de testosterona. Ambas atletas, a pesar de los cuestionamientos, han sido autorizadas por el Comité Olímpico Internacional (COI) para competir, lo que ha intensificado el debate sobre los criterios de elegibilidad en el deporte femenino.
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Hace un año, Khelif fue excluida de la fase final de la Copa del Mundo de boxeo por no superar una prueba hormonal. Sin embargo, para los Juegos Olímpicos de París 2024, el COI determinó que los niveles de testosterona de Khelif estaban dentro de los parámetros permitidos para una mujer. Por lo tanto, se le otorgó el derecho de participar en las competiciones femeninas.
Esta decisión ha sido recibida con opiniones divididas. Mientras algunos apoyan la inclusión de Khelif y Lin Yu-ting, argumentando que cumplen con los criterios establecidos, otros creen que se necesita una revisión más profunda de las reglas para garantizar una competencia justa.
La participación de Khelif y Lin Yu-ting en los Juegos Olímpicos ha subrayado la necesidad de una revisión de los criterios de elegibilidad en el deporte. El debate se centra en cómo equilibrar la inclusión de atletas con condiciones hormonales atípicas con la necesidad de mantener la equidad en la competencia.
Organizaciones de derechos humanos y grupos de defensa de los deportistas han llamado a una mayor transparencia y a la implementación de políticas más claras. "Este es un momento crítico para asegurar que todos los atletas sean tratados con justicia y respeto. No podemos permitir que estas situaciones continúen sin una revisión adecuada", declaró un portavoz de una organización de derechos humanos.
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