- 13 de septiembre de 2024
Ante la mirada atónita de otros turistas, algunos de los cuales expresaron su descontento verbalmente, el infractor extendió sus brazos en un gesto de desafío.
Un turista fue captado mientras desobedecía explícitamente las restricciones de acceso en la Zona Arqueológica de Teotihuacán (ZAT), subiendo los escalones de la Pirámide de la Luna, una acción que no solo desafía las normas sino que pone en riesgo la preservación de uno de los monumentos más emblemáticos de México.
Desacato en la cima: El momento de la infracción
El video muestra a un visitante, que viste pantalón de mezclilla y playera blanca, ignorando la cadena que delimita el acceso y ascendiendo aproximadamente 12 escalones del basamento piramidal. Ante la mirada atónita de otros turistas, algunos de los cuales expresaron su descontento verbalmente, el infractor extendió sus brazos en un gesto de desafío, exacerbando la tensión en el sitio.
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Reacción pública y descenso del turista
La actitud del joven no solo provocó la indignación entre los presentes sino también una rápida difusión del suceso en plataformas digitales, donde el debate sobre el respeto y la conservación de los sitios arqueológicos se ha reavivado.
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Tras percatarse del malestar que causó, el turista optó por bajar, cruzando de nuevo la barrera restrictiva y repitiendo su gesto de brazos abiertos, en una aparente búsqueda de validación que, sin embargo, reflejó una falta de conciencia sobre la gravedad de sus acciones.
La pandemia y la protección del patrimonio
Curiosamente, el turista minimizó su acto aludiendo a la pandemia con un comentario ligero: "Nomás la pandemia, no pasa nada", lo que ha intensificado el debate sobre la responsabilidad individual y colectiva en la protección del patrimonio cultural, especialmente en momentos donde la preservación debería ser una prioridad.
Respuesta institucional y medidas a futuro
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmó tener conocimiento del incidente, aunque los hechos transcurrieron tan rápidamente que, para cuando el personal de seguridad llegó, el infractor ya había abandonado el lugar sin enfrentar sanciones. Afortunadamente, el acto no ocasionó daños al patrimonio, pero ha servido como recordatorio de los desafíos que enfrentan las autoridades para garantizar la conservación de estos sitios invaluable.
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El INAH ha reiterado su compromiso de fortalecer las campañas de concientización dirigidas a los visitantes de las zonas arqueológicas del país. La institución enfatiza que las restricciones de acceso no son arbitrarias, sino medidas esenciales para asegurar la protección y conservación del legado histórico de México.
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