Cártel de Santa Rosa de Lima y calentar la plaza: ¿Qué hay detrás de la masacre en Querétaro?

Una noche de terror sacudió Querétaro cuando un comando armado irrumpió en el bar Los Cantaritos, disparando sin piedad contra los comensales. El ataque dejó un saldo trágico de 10 personas muertas y al menos 13 heridas, dos de ellas en estado crítico.

La Fiscalía de Querétaro, junto con fuerzas de seguridad locales, se movilizó rápidamente tras recibir la primera llamada de emergencia cerca de las nueve de la noche.

Las primeras investigaciones apuntan a la participación de al menos cuatro sicarios que llegaron en una camioneta, abrieron fuego de manera indiscriminada y luego abandonaron el lugar, prendiendo fuego al vehículo en su huida hacia El Marqués, una zona conocida por ser punto de operación del crimen organizado.

Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro, calificó el ataque como un "hecho sin precedentes" y aseguró que se actuará con firmeza para castigar a los responsables. Además, se comprometió a blindar las fronteras del estado y reforzar la seguridad, subrayando la colaboración entre los distintos niveles de gobierno para esclarecer el caso.

El Cártel de Santa Rosa de Lima y sus operaciones en Querétaro

El contexto de esta masacre se enlaza con la creciente violencia en Guanajuato, donde el Cártel de Santa Rosa de Lima y el Cártel Jalisco Nueva Generación mantienen una guerra encarnizada por el control del territorio. 

De acuerdo con el especialista en seguridad David Saucedo,  este conflicto se expandido a zonas cercanas, como Querétaro, que si bien no es uno de los focos más violentos del país, se ha convertido en un territorio de importancia estratégica.

En entrevista con Grupo Fórmula, Saucedo señaló que el ataque podría ser una táctica de "calentar la plaza", una práctica común en la que un grupo criminal siembra el caos para debilitar la autoridad y el control de un cártel rival. Este tipo de actos, caracterizados por la violencia indiscriminada en lugares concurridos como bares y restaurantes, busca enviar un mensaje de dominio y generar un estado de incertidumbre.

Las imágenes de las cámaras de seguridad revelan cómo los comensales, presas del pánico, intentaron resguardarse bajo las mesas y huir, mientras los sicarios disparaban ráfagas de lado a lado, asegurándose de causar el mayor número de víctimas posibles. La forma en que se perpetró el ataque, así como la quema del vehículo usado, apunta a una operación meticulosamente planificada para evitar dejar evidencias.

"El tipo de actos que presenciamos el día de hoy en la madrugada son característicos del Cartel de Santa Rosa de Lima", señaló el experto.

Según el experto, la forma en que se desarrolló el ataque en el bar Los Cantaritos sugiere la participación del Cártel de Santa Rosa de Lima. Los videos de seguridad y testimonios de testigos muestran un acto de violencia indiscriminada: no hubo un objetivo claro o un ataque dirigido a un líder criminal específico.

La falta de medidas de protección especiales en torno a los comensales y la ausencia de seguridad en el exterior del bar refuerzan la hipótesis de que se trató de un acto planeado para causar pánico y sumar víctimas.

"Es posible que hayan querido calentar la plaza, en los videos que circulan en redes sociales no se aprecia que vayan en contra de un líder criminal de la competencia, no había un anillo de protección en torno a ningún comensal, tampoco había ningún tipo de seguridad en el exterior que pudiera blindar frente a una embestida de la calle, no había una ataque director, la manera en la que disparan de manera aleatoria es con el objeto de generar el mayor número de víctimas, se trata de sicarios profesionales", explicó.

El modus operandi de los atacantes también es indicativo de la profesionalidad y experiencia de los sicarios involucrados. La quema del vehículo usado para el ataque, que fue abandonado en El Marqués, un área con historial de control por parte de la mafia local y del Cártel de Santa Rosa de Lima, apunta a la intención de borrar cualquier rastro que pudiera incriminarlos, desde casquillos hasta pruebas biológicas.

"Se trata de sicarios profesionales, quemaron el vehículo para borrar huellas, cabello, casquillos, cualquier cosa que en el vehículo pudiera inculparlos, se trasladan a la zona del Marqués, que es una zona, un municipio que está bajo el control de la mafia local y del Cártel de Santa Rosa de Lima, da la impresión que se trata de que se trata de este grupo de Guanajuato", dijo.

Este tipo de ataque, que busca impactar en lugares públicos y concurridos, es característico de este grupo, que tiene presencia y raíces profundas en Querétaro, extendidas desde su territorio de influencia en Guanajuato.

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